Ramem es una pyme de origen familiar que se dedica desde 1958 al diseño y la fabricación de equipos mecánicos para distintos sectores de la industria, principalmente para el del mantenimiento aeronáutico. La empresa, que participa en proyectos de alta tecnología como el Eurofighter, el Airbus 380 o la Estación Estación Internacional, trabajaba siempre bajo pedido, no tenía tecnología propia y disponía de pocos clientes, lo que suponía una alta dependencia de ellos.
Sin embargo, la empresa contaba con las condiciones necesarias para llevar a cabo un proceso de cambio que mejorase su situación, ya que tenía la capacidad técnica, económica y de gestión, así como el apoyo financiero de la Administración, un mercado disponible y el compromiso a largo plazo de la dirección de la compañía. Por ello, la dirección decidió abordar los procesos de innovación apropiados para contrarrestar la situación.
La decisión consistió en establecer actividades de I+D de forma organizada y crear un departamento capaz de afrontar el desarrollo, además de mantener la actividad tradicional para no poner en riesgo la solidez y solvencia de la empresa. Se iniciaron esfuerzos en la detección y estudio de nanopartículas por movilidad iónica, lo que les llevó a desarrollar la tecnología Olfateador de movilidad iónica. Esta herramienta permite detectar nanopartículas en concentraciones de pocas partes por trillón, es decir, el equivalente a hallar una aspirina en 100 piscinas olímpicas. Además, discierne muchos tipos de sustancias en tiempo real y las 24 horas del día.
Las aplicaciones del Olfateador de movilidad iónica son muy diversas. En materia de seguridad sirve para detectar explosivos, armas químicas y drogas, mientras que en temas de medicina permite diagnosticar enfermedades a través del aliento o analizar toxinas en los alimentos.
Los resultados no se han hecho esperar y actualmente la compañía dispone ahora de una tecnología propia y patentada, colabora con centros de investigación internacionales y ha incorporado personal cualificado a su plantilla. Ramem ha logrado crearse un hueco en el panorama internacional y ya cuenta con reconocimientos de la Cámara de Comercio, entre otras instituciones. Además, la pyme ha creado hace poco la marca comercial Ioner.
