El paradigma empresarial se ha transformado para dar paso a nuevos modelos de trabajo, donde la cultura de la inmediatez y el cambio tecnológico son los dos grandes protagonistas. La velocidad de la forma de vida actual obliga a adquirir cada vez mayores habilidades y ejercerlas casi todas al mismo tiempo, lo que se considera ser multitasking. Esta tendencia se ha desplazado al mundo laboral, donde los trabajadores deben desarrollar varias tareas a la vez con eficacia. Al mismo tiempo, las empresas están cada vez más dispuestas a contratar personal que cumpla ciertas skills específicas, acorde con los retos que plantea la era digital, y las nuevas generaciones se ven obligadas a adquirir competencias tecnológicas para poder acceder a un empleo.
Actualmente, España se sitúa como el país de la Unión Europea con una mayor tasa de desempleo juvenil. Según Eurostat, el paro entre los menores de 25 años subió en un año del 31,2% al 32,3% en España, con un total de 535.000 jóvenes parados actualmente. Esta situación tiene un efecto inmediato en el mercado laboral, que se vuelve cada vez más competitivo, mientras el desajuste entre la oferta y la demanda de empleo obliga a los jóvenes a estar en continua formación, algo que toma mayor relevancia aún en el sector de la tecnología.
El Foro Económico Mundial señala que el 40% de las competencias básicas cambiarán en 5 años, al mismo tiempo que el 80% de las empresas e instituciones introducirán la digitalización en sus actividades. En este sentido, IMMUNE Technology Institute ha detectado las habilidades tecnológicas que más demanda el actual mercado laboral:
- Capacidad de alfabetización y gestión de datos. Almacenar, gestionar y organizar los datos y los contenidos digitales, cada vez más numerosos, se ha hecho clave para el correcto funcionamiento de las empresas.
- Creación de contenido digital de forma segura y eficaz, de manera que los mensajes que se transmitan respeten las respectivas licencias y derechos de autor.
- Ciberseguridad. La necesidad de proteger los datos y la información se ha hecho cada vez más importante para las empresas, que se enfocan en la búsqueda de perfiles específicos que sean capaces de definir y gestionar estrategias y programas de seguridad.
- Resolución de problemas y adaptación al cambio. La volatilidad de la tecnología exige que los trabajadores estén dispuestos a identificar nuevas necesidades y a resolver los problemas de una manera rápida y eficaz.
- Sostenibilidad. Con una mentalidad orientada a utilizar las nuevas tecnologías de la manera más responsable posible.
El papel del sistema educativo
Se prevé que en los próximos años se crearán más de un millón de empleos y la mayoría los cubrirán profesionales STEM. Al ser las profesiones ligadas a este sector las más demandadas por las grandes empresas, las instituciones educativas juegan un papel fundamental a la hora de formar a los jóvenes. En palabras de Juan Riva de Aldama, CEO y fundador de IMMUNE Technology Institute, “las escuelas y las empresas tecnológicas tenemos un papel fundamental en la creación de empleo, pues sólo ofreciendo a los jóvenes las herramientas y los conocimientos necesarios y orientándolos correctamente de cara al mercado laboral podremos atajar el desempleo. La demanda de trabajo tecnológico exige una formación actualizada y continua y debemos estar a la altura”.
Pero no sólo se trata de ofrecer una oferta formativa de calidad y actualizada, sino también de asegurar el máximo acceso a estos conocimientos. En línea con los objetivos de desarrollo sostenible, que reivindican un acceso universal a la educación, las instituciones educativas deben estar a la altura, ofreciendo becas que ayuden a las personas con menos recursos a exprimir todo su potencial. “Invertir en las personas, priorizar la educación” es el lema elegido este año por la UNESCO para celebrar el día de la educación como derecho humano, como bien público y como responsabilidad colectiva.