En un entorno convulso como el que vivimos, las pymes se enfrentan a diferentes factores amenazantes. En 2023, las pequeñas y medianas empresas deberán hacer frente a un conjunto de elementos que pondrán a prueba sus recursos y sus habilidades. De su capacidad para identificar el riesgo y su velocidad para decidir y actuar dependerá su éxito.
Desde Datisa han identificado algunos de los principales riesgos que amenazarán a las pymes en 2023. Y, sorprendentemente, algunos tienen poco que ver, al menos, directamente, con la gestión de sus recursos empresariales:
- Cambio climático. El cambio es un hecho que afecta de manera global a las economías desarrolladas. Pero, también a las menos favorecidas. Ninguna organización ni social ni empresarial será ajena a las consecuencias del cambio. Ahora bien, dependiendo de su ubicación, resiliencia y recursos, el impacto será mayor o menor. Las pymes deberán hacer uso de herramientas analíticas para definir los efectos del cambio sobre su cadena de valor. Y, especialmente, diseñar la manera de protegerse, fortalecer aspectos clave de su negocio, desarrollar planes de contingencia y mecanismos de monitorización para tomar decisiones críticas bien informadas. Optimizar sus recursos y respetar, de verdad, el medio ambiente con políticas paperless, por ejemplo, también aplicarán al éxito.
- Turbulencias geopolíticas. En este período de confrontación parece que el mundo está perdiendo sus puntos de referencia y que no hay unas reglas de juego, suficientemente claras. El equilibrio de poder geoestratégico cambia constantemente. Y eso hace que tomar decisiones a largo plazo sea casi imposible. En este sentido, es importante que las organizaciones se doten de las herramientas propias de este siglo. Herramientas no solo tecnológicas, también en el campo de las habilidades, duras y blandas. Formación y aprendizaje continuo serán parte de las claves para la recuperación y el éxito futuro.
- Energía y materias primas por las nubes. Ninguna organización, sea grande o pequeña, ofrezca productos o servicios, escapa a la tiranía energética. Por otra parte, las materias primas están sujetas a fluctuaciones de precios descontroladas. Esto impide que pueda garantizarse el servicio, haciendo que algunas empresas tengan que cerrar temporalmente al no poder hacer frente al pago de su factura de electricidad. La globalización actúa en contra de estas fluctuaciones incontroladas y a favor de una mayor inestabilidad social, política y económica. Basta recordar que, durante la pandemia, muchos de los materiales básicos -test, mascarillas, etc.- venían del otro lado del mundo. Quizá, la globalización sea imparable, pero, habrá que buscar soluciones para neutralizar la dependencia de terceros.
- Dinero cada vez más caro. Con una inflación galopante y serias dificultades para acceder a la financiación bancaria, las pymes lo tienen difícil para salir a flote. Por eso, los gobiernos nacionales e internacionales se han comprometido a implementar medidas de contención que permitan a las empresas mejorar la rentabilidad de sus negocios. En España, la Ley “Crea y Crece” aprobada recientemente, apunta a la simplificación para crear nuevas empresas. Y, sobre todo, a la apertura de nuevas fuentes de financiación, alternativas a las “convencionales”.
En definitiva, 2023 se presenta complicado para las empresas. Pero, también, para la sociedad en general. Análisis, formación y regulación que apunte a la agilidad y a la facilidad para acceder a vías de financiación, serán claves para navegar en esta tormenta perfecta. A favor, las pymes cuentan con mayor agilidad que las grandes empresas para la toma de decisiones y una flexibilidad extra que les permite cambiar de rumbo, prácticamente en tiempo real.