Que los ciberataques son cada vez más comunes no es novedad, pero hasta ahora las técnicas empleadas por los empleados han ido evolucionando y hoy en día las empresas se enfrentan a consecuencias que directamente ponen en peligro la viabilidad del negocio. De hecho, una de cada tres pymes (32%) reconoce que ha perdido clientes como resultado de un ciberataque, según Hiscox, aseguradora internacional especializada en empresas, coincidiendo con el Día de la Ciberseguridad que se celebra el próximo 30 de noviembre.
Los datos, extraídos del Informe de Ciberpreparación 2022, también ponen de manifiesto que el 41% de las pequeñas y medianas empresas en España han sido víctima de al menos un ciberataque y que solo el 2% pueden considerarse como ciberexpertas por su capacidad de identificar y detener un posible ciberataque, mientras que el 34% son cibernovatas y el otro 64% ciberintermedias.
Esta realidad supone que los ciberatacantes acceden con una mayor facilidad a los sistemas de estas empresas y logran dañarlas hasta el punto que el 21% de las pymes españolas reconocen que los ciberataques recibidos han puesto en peligro la solvencia de su negocio. Sin embargo, el impacto de estos incidentes no acaba ahí sino que otro 21% también reconoce que estos ciberataques también han supuesto un problema a la hora de atraer nuevos clientes.
Este tipo de ataques, por tanto, no solo tienen repercusión desde el punto de vista tecnológico y económico directamente, sino que también afectan a la reputación de la empresa y de hecho el 30% de las pequeñas y medianas empresas reconocen que, tras un ciberataque, han recibido mala publicidad y por tanto pérdida de credibilidad ante clientes y socios. Es más, el 17% también ha perdido socios tras un incidente ciber.
Para responder a este tipo de problemas de naturaleza cibernética, las pequeñas y medianas empresas cuentan con muchas herramientas a su disposición, aunque los resultados demuestran que aún es necesario que se tomen también otras medidas. Concretamente el 30% ha optado por comenzar a evaluar regularmente su estrategia de ciberseguridad.
Por otra parte, el 29% ha optado por implementar requisitos adicionales de ciberseguridad, evaluar mejor la ciberseguridad de la cadena de suministro con sus proveedores y contratar un proveedor de servicios de respuesta a incidentes. De esta forma cuentan con expertos ajenos a la empresa que le puedan ayudar a solventar rápidamente el problema.
“La pérdida de clientes es una de las consecuencias más graves que puede tener un ciberataque en una empresa, pero en especial en el caso de las pymes, cuya supervivencia cada vez es más compleja y por tanto es vital no perder usuarios. Por eso es tan importante que cuenten con estrategias de ciberseguridad preestablecidas para dar una rápida respuesta a estos incidentes y lograr minimizar su impacto en todos los aspectos”, explica Nerea de la Fuente, directora de suscripción de Hiscox España.