Somos genéricos, intangibles, reactivos, carecemos de metas y no medimos. Tenemos que aprender a ser justamente lo contrario: específicos, tangibles, proactivos, fijarnos metas y medir los resultados para ser competitivos y diferenciarnos de la competencia directa e indirecta.
- Ser específicos
Debemos definir las áreas que componen la rueda de la vida: familia, trabajo, salud, formación, ocio y ética para poder establecer cuáles son las prioridades reales de nuestra rueda y poder así, gestionar nuestro tiempo de manera eficaz en el ámbito profesional y el ámbito personal. En muchas ocasiones la falta de automotivación nos lleva a genéricos y a no concretar y especificar nuestra estrategia de negocio y nuestro objetivo en la vida.
- Ser tangibles
La mente no funciona procesando palabras sino imágenes y por eso debemos emplear un lenguaje específico y no genérico y tratar de “tangibilizar” y materializar las acciones. La falta de resultados para alcanzar nuestros objetivos y conectar las acciones cotidianas con nuestro objetivo final muestra que por defecto somos intangibles. Para diferenciar la compañía, debemos ser tangibles.
- Ser proactivos
Somos reactivos y cumplimos lo sueños de los demás y no los propios. Debemos ser proactivos. No podemos estancarnos si queremos crecer y madurar. Para ello, es imprescindible hacer y pasar a la acción, mantener una mente abierta a nuevas ideas, nuevos cambios y proyectos, o simplemente, buscar el camino para cumplir con nuestras tareas con mayor facilidad.
- Fijar metas
Debemos establecer las metas que nos ayudarán a conseguir los objetivos que nos llevan a nuestros sueños. Estas deben ser realistas, alcanzables y tangibles. El planteamiento intangible y genérico es lo que provoca que los proyectos se dilaten, nos parezcan inasumibles y no seamos capaces de abordarlos perdiendo competitividad. Si no fijamos metas, vamos a la deriva como un barco sin rumbo.
- Medir resultados
Necesitamos medir los resultados. Sin medir no podemos mejorar y no podremos saber si avanzamos en la dirección adecuada. Se trata de establecer unos indicadores en diferentes áreas de la empresa. Medir nos permite tomar decisiones que mejoran los resultados e implantar las acciones que nos ayuden a crecer y avanzar hacia el cumplimiento de nuestras metas.