Los responsables de seguridad TI en empresas de todo el mundo tienen sus manos atadas cuando se trata de luchar contra los cibercriminales. Su influencia en los consejos de administración es mínima y les resulta muy difícil justificar los presupuestos que necesitan, lo que inevitablemente hace que sus negocios sean más vulnerables. Esta conclusión es uno de los hallazgos de un nuevo estudio de Kaspersky Lab, que revela también que el 80% de los CISO europeos creen que las brechas de seguridad son inevitables.
El aumento de las ciberamenazas, combinado con los procesos de transformación digital que muchas empresas están experimentando en la actualidad, hace que el papel del CISO tenga cada vez más importancia en las empresas. El estudio de Kaspersky Lab también muestra que sobre los CISO hay ahora más presión que nunca: el 57% de los responsables de seguridad europeos considera que las estructuras complejas, que incluyen nube y movilidad, representan un gran desafío de seguridad, y el 50% se muestra preocupado por el continuo aumento en el número de ciberataques.
Los CISO creen que los grupos cibercriminales con motivaciones financieras (40%) y los ataques maliciosos desde el interior (29%) representan los mayores peligros para sus empresas, y estas son además las amenazas más difíciles de prevenir, bien porque detrás están cibercriminales “profesionales”, bien porque cuentan desde dentro con la ayuda de ciertos empleados.
Para hacer frente a estas amenazas, casi la mitad de los CISO europeos (49%) espera que los presupuestos de ciberseguridad aumenten, mientras que casi la otra mitad (49%) cree que se mantendrán. No obstante, los CISO no ocultan que se enfrentan a grandes desafíos presupuestarios, ya que para ellos es casi imposible mostrar un claro retorno de la inversión (ROI) o conseguir una protección del 100% contra los ciberataques.
Por ejemplo, más de una tercera parte (36%) de los CISO reconoce que no pueden conseguir los presupuestos de seguridad que necesitan porque no pueden garantizar que no se producirá una brecha de seguridad. Y cuando los presupuestos de seguridad en la empresa son parte del gasto total de TI, los CISO se ven compitiendo con los demás departamentos. La segunda razón para no conseguir más presupuesto es que la seguridad es en ocasiones parte del gasto general de TI. Además, un tercio de los CISO (33%) afirma que el presupuesto que pueden conseguir se prioriza para proyectos digitales, cloud o de otro tipo que pueden justificar más claramente su ROI.
Los ciberataques pueden llegar a tener repercusiones dramáticas para las empresas. Más de una cuarta parte (27%) de los participantes en el estudio de Kaspersky Lab se refirió a los daños reputacionales como las consecuencias más críticas de un ciberataque, seguidas por los daños financieros (25%). Sin embargo, a pesar del impacto negativo de un ciberataque, solo el 26% de los responsables de seguridad de TI encuestados son miembros del consejo de sus empresas. Y en Europa, entre aquellos que no lo son, 4 de cada 10, creen que deberían serlo.
Por otra parte, la mayoría de los responsables de seguridad TI europeos (64%) cree que participan adecuadamente en el proceso de toma de decisiones en la empresa. Sin embargo, como la transformación digital se vuelve clave para la dirección estratégica de las grandes empresas, la ciberseguridad también debería hacerlo. El rol del CISO debe desarrollarse para reflejar estos cambios, dándoles la capacidad de influir en las decisiones.
Ramírez piensa que la seguridad es ya una prioridad
En cualquier caso, Alfonso Ramírez director general de Kaspersky Lab Iberia, asegura que históricamente, los presupuestos de ciberseguridad se han visto “como un gasto de baja prioridad en TI, pero ya no es así”. “La superficie de ataque en las empresas modernas está creciendo, al igual que la frecuencia, el impacto de las ciberamenazas y el coste de los ciberincidentes. El resultado es que cada vez más miembros del consejo tratan la seguridad TI como una inversión”, añade Ramírez. “Hoy en día, los riesgos de ciberseguridad están a la cabeza en la agenda de los directores generales, financieros y de riesgo”, continúa el directivo, que recuerda que un presupuesto de seguridad no es solo una forma de evitar el incumplimiento legal y los riesgos desastrosos asociados a ello, sino “una forma de proteger la continuidad del negocio, así como las inversiones clave de la empresa”.