El mar Mediterráneo, punto estratégico a nivel global para el equilibrio medioambiental, el transporte marítimo internacional y el sector turístico, es hoy una de las regiones que más sufre hoy las consecuencias negativas del cambio climático. Es precisamente por ello por lo que la transformación de la economía mediterránea en un sistema verde resulta hoy más indispensable que nunca.
La cuestión del cambio climático se ha convertido en los últimos años en una prioridad para gobiernos, empresas y ciudadanos, cuyas sus políticas y acciones se están encaminando cada vez más hacia la sostenibilidad. En el caso de la región mediterránea, la economía verde representa un potencial incalculable en materia de generación de empleo, innovación tecnológica y competitividad. Un tema acuciante que será tratado en uno los dos foros que integran el EcoMeda Green Summit de la 13ª edición de MedaWeek Barcelona: el Mediterranean Solar & Wind Energy Forum (co organizado por OME).
A pesar de que el Mediterráneo cuenta con una de las mayores reservas de petróleo y gas, la región debe dirigirse hacia el autoabastecimiento a base de energías renovables. Ante posibles crisis económicas, y frente a las fluctuaciones de los precios del petróleo, las materias primas verdes se posicionan como una alternativa estable a las reservas de hidrocarburos. Con un potencial energético considerable, con un sistema hidroeléctrico ejemplar, múltiples recursos eólicos y alrededor de 3.000 horas de sol al año, la región mediterránea podría cubrir sus propias necesidades energéticas y un alto porcentaje de las de otras zonas.
El Coordinador General de ASCAME, Anwar Zibaoui, asegura que “las energías renovables pueden cambiar totalmente las reglas de juego en el Mediterráneo y propiciar una revolución en su desarrollo creando riqueza y contribuyendo al bien común mediante el fortalecimiento del tejido social, respetando siempre la dignidad humana y la naturaleza”. Solo en esta región “se invertirán más de 100 mil millones de euros en proyectos de energía renovable en los próximos años”, añade.
Se prevé que el incremento anual de la temperatura media en la región pase de los 2,2 grados a los 5,1 para 2100. Razón más que relevante para que los países de ambas riberas apuesten por la energía solar, que en la actualidad está infrautilizada, y pongan en marcha proyectos a gran escala que produzcan una verdadera revolución solar.
No se debe menospreciar el importante rol que desempeñan las ciudades mediterráneas en este proceso de sostenibilidad, pues el buen estado de la economía se evidencia en la salud y la productividad de las ciudades. Éstas contribuyen con entre un 50 y un 80% al PIB de los países de la zona, por lo que promover un desarrollo urbano sostenible que garantice una mejor calidad de vida es otro de los pilares estratégicos para el crecimiento económico regional. Algo de lo que se hablará en el Foro Mediterráneo de Ciudades (MedaCities Forum– co organizado por Medcities).