El próximo martes 5 de febrero se celebra el Día Mundial de Internet Segura, en un contexto en el que el acceso a la Red y el consumo de contenidos online de los menores es cada vez más difícil de regular por parte de los padres. De hecho, más de 495.300 jóvenes internautas de entre 12 y 17 años presentan indicios de adicción a Internet, lo que equivale al 18,2% de los casi tres millones de internautas con esas edades que hay en nuestro país1 , según un análisis realizado por Kelisto.es, la web del ahorro.
Los síntomas de adicción a las redes sociales e Internet (RSI) son ligeramente más comunes entre los menores de 12 a 14 años (18,83%) que entre los de 15 y 17 años (17,56%), y puede traducirse en neuroticismo, ansiedad social, narcisismo o problemas de autoestima.
A la falta de hábitos de consumo responsable hay que añadirle otras adicciones derivadas de ellos: no solo un 21% de los adolescentes de entre 14 y 18 años –más de 480.000 internautas- ya reconoce que utiliza Internet de forma compulsiva–; además un 6,4% reconoce haberse jugado dinero en Internet en los últimos años, lo que supone que más de 146.000 menores utilizaron la Red para apostar .
De hecho, utilizar casas de apuestas online, estar conectado a las redes sociales durante más de dos horas al día, tener más de 500 amigos online o jugar con el ordenador más de 2,6 horas al día (18,2 horas a la semana) son hábitos relacionados con la posibilidad de desarrollar una conducta disfuncional en el uso de Internet .
“En cuanto al perfil de adicción, los que juegan online tienen dos veces más riesgo de desarrollar este problema, así como los que apuestan a través de Internet. Por el contrario, cuanto más usan los adolescentes el ordenador para estudiar y llevar a cabo tareas educativas, menos síntomas de desarrollar adicción a Internet muestran”. Entre los factores que contribuyen a este fenómeno se encuentra el aumento del número de dispositivos con conexión a Internet en cada hogar.
“En España el 98% de los núcleos familiares cuenta con al menos un teléfono móvil, mientras que el 86,4%5 cuenta con acceso a Internet. Además, la mayor permisibilidad de los padres, que en ocasiones utilizan la tecnología como elemento para mantener entretenidos a sus hijos en lugar de fomentar su uso con un fin educativo, es otro de los motivos que contribuyen a generar una mayor dependencia a Internet”, destaca Sara Perales, portavoz de Comunicaciones de Kelisto.es.
Consejos para controlar el uso de Internet en menores
Además de regular los hábitos para asegurar un consumo responsable y vigilar el tiempo que los menores pasan conectados a la Red para prevenir cualquier riesgo de adicción, desde Kelisto.es ofrecemos varias medidas para ayudar a los padres a afrontar los riesgos a los que se enfrentan los niños y adolescentes cuando navegan por Internet, basadas sobre todo en la información a los menores y el control del uso que hacen de esta herramienta:
- Vigila los dispositivos con acceso a Internet de la casa: además de ordenadores y teléfonos móviles, es importante saber a través de qué aparatos pueden conectarse los menores a Internet (cómo videoconsolas, relojes o reproductores de música), especialmente si queremos regular el tiempo que pasan navegando por la Red.
- Regula las páginas que visitan con ayuda de software de control parental. Casi todos los navegadores y sistemas operativos disponen ya de una funcionalidad que les permite limitar y controlar el uso de Internet. Como complemento, existen programas específicos desarrollados por las compañías de seguridad que podrías adquirir e instalar en tu ordenador.
- Utiliza contraseñas para proteger los equipos. Además de ser ya una herramienta básica para la protección de cualquier equipo, instalar passwords en ordenadores y móviles es la mejor forma de regular el acceso a los dispositivos y aplicaciones.
- Crea diferentes perfiles de usuarios. Si cada usuario de la casa utiliza el ordenador desde una cuenta diferente, garantizarás que los menores de la casa no tengan acceso a tus documentos o a programas no deseados. De hecho, lo más acertado es que el adulto tenga una cuenta de administrador del equipo (con control completo sobre el ordenador) y que el niño tenga una de “usuario con limitaciones”.
- Evita compartir información personal. Aunque ya estamos habituados a facilitar algunos datos por Internet, hay que tener cuidado con el tipo de información que compartimos. Por ello, te aconsejamos que tu hijo esté prevenido ante sorteos y promociones fraudulentas: recuerda, nadie te va a regalar dinero porque sí o solo por introducir tus datos personales.
- Evita clicar sobre enlaces desconocidos. Del mismo modo que hay que tener cuidado con la información que compartimos, te aconsejamos que avises al adolescente para que no pulse sobre ningún enlace de procedencia desconocida y que haya podido recibir por correo electrónico o a través de una red social.
- Limita las descargas. Muchos de los archivos que descargamos (desde juegos, películas o aplicaciones a barras de herramientas animadas) pueden llenar tu ordenador de spyware o software malicioso. Por eso, no hay que descargar ficheros de fuentes de poca fiabilidad en Internet o, al menos, evitar que el menor lo haga sin la supervisión de un adulto.
- Cuidado con las apps y los permisos que aceptamos al instalarlas. Incluso las aplicaciones más básicas, como la que se utiliza para instalar una linterna en el móvil, pueden solicitar que el usuario consienta al acceso de información en su teléfono (por ejemplo, a la lista de contactos o a la geolocalización del dispositivo).
- Edúcales sobre el uso de redes sociales. Este tipo de páginas suelen requerir que el usuario tenga más de 14 años, pero pasada esa barrera hay que educar sobre el uso que hacemos de ellas: ayúdales a configurar su perfil con la seguridad adecuada y recuérdale que no debe compartir información personal en sus publicaciones o que no deben aceptar solicitudes de amistad de personas a las que no conozcan.
- Ante cualquier irregularidad, actúa. Ante un posible peligro al que pueda estar sometido tu hijo o cualquier adolescente, no dudes en denunciar ante la unidad de delitos telemáticos de la Policía o la Guardia Civil. De manera similar, pon en conocimiento de las autoridades cualquier contenido inapropiado que encuentres en Internet.