El sector de asesorías y despachos profesionales no es ajeno a los retos que afectan a gran parte del tejido empresarial español. Los rápidos avances tecnológicos, las cambiantes expectativas de los clientes y la evolución constante del marco normativo son algunos de los factores que influyen significativamente en su modo de operar.
Bajo este contexto, la Asociación Española de Consultores de Empresas (AECEM) señala a los profesionales de la consultoría cuatro cuestiones clave que determinarán a las empresas y configurarán el futuro del sector:
Índice de temas
1. La transformación digital de la asesoría
La transformación digital también ha llegado a las asesorías, lo que impulsa la necesidad de formarse y mantenerse al día de los avances tecnológicos para atender las necesidades del mercado.
La tecnología ha traído oportunidades como el optimizar procesos y reducir al máximo tareas repetitivas. Pero, con la digitalización de la información contable, fiscal y laboral de los clientes también llega el reto de garantizar la seguridad de la información. El cambio hacia el almacenamiento digital de datos sensibles ha aumentado el riesgo de vulnerabilidad a los ciberataques. Por lo tanto, las empresas y profesionales de este sector deben aplicar medidas de seguridad sólidas para salvaguardar la información de sus clientes y mitigar estos riesgos. Esto incluye invertir en concienciación, cortafuegos potentes, protocolos de cifrado y auditorías periódicas para detectar y actuar sobre posibles vulnerabilidades.
Por otro lado, la inteligencia artificial, especialmente la generativa, está provocando también grandes cambios en los procesos de producción de servicios y la relación con los clientes. Adaptarse lo antes posible y aprovechar su potencialidad será clave en 2024, sin olvidar un uso ético de la misma.
2. La atracción y retención del talento
El envejecimiento del sector de asesorías y despachos es una realidad. Hoy no resulta atractivo para las nuevas generaciones y presenta un desajuste de habilidades entre lo que se enseña y lo que precisa el mercado. Las empresas necesitan contar con profesionales actualizados que no sólo cuenten con un gran conocimiento técnico, sino también con visión de negocio y soft skills que les permitan generar buenas relaciones con los clientes.
Precisamente, la oferta laboral es poco activa lo que ha traído como consecuencia que las empresas del sector tengan dificultad para conseguir profesionales. En los últimos años el sector de asesorías y despachos ha presenciado una transformación significativa, puesto que ahora son los candidatos, especialmente los más cualificados, quienes tienen voz en la elección del lugar donde van a trabajar. Además, las ofertas salariales del sector son poco competitivas respecto a otros puestos a los que los candidatos pueden acceder. Y si el salario no es competitivo, el impacto en la selección y retención del personal que tienen el resto de las políticas y los esfuerzos es menor.
En ese sentido, Ana Mato, presidenta de AECEM señala que “los actuales desafíos del sector hacen más necesario que nunca ofrecer a los candidatos beneficios como medidas de conciliación, flexibilidad, formación y desarrollo profesional, entre otros”.
Así, en este 2024, los despachos deben centrarse en los factores centrales de su oferta laboral como lo es la compensación salarial, modelos de trabajo híbridos y flexibilidad de horarios. Mientras que, para aquellos que busquen al mejor profesional: el desarrollo profesional, la innovación tecnológica, la estructura del despacho, la tipología de cliente y la cultura organizacional será lo que los convierta en diferenciadores.
3. La «empresarialización» de sector
El futuro del sector pasa por incorporar variables empresariales que, de forma sostenible, impulsen una proyección futura y competitiva del despacho. Áreas como Recursos Humanos, Marketing o Ventas, inexistentes hoy en día en muchas asesorías son fundamentales para el crecimiento del despacho. Por tanto, es necesario valorar el control de costes, la gestión de personas y la planificación financiera, entre otras cuestiones, de forma que se asegure la rentabilidad y viabilidad del despacho.
Como primer paso, trabajar con KPIs que indiquen a socios y gerentes cuál es el estado del negocio.
4. Sostenibilidad como propósito
Otra de las claves de futuro para las asesorías va a ser la sostenibilidad, desde dos prismas: avanzar en la sostenibilidad de sus propios negocios y acompañar a sus clientes para que afronten este reto.
Para Luis Martín, secretario general de AECEM, “el asesor es un eslabón esencial para la sostenibilidad empresarial, por lo que ésta debe abordarse conjuntamente. Desde nuestra posición como asesores tenemos una visión privilegiada para ayudar a las empresas a reconocer los riesgos y detectar las oportunidades que la sostenibilidad traerá consigo”.
Para ello, recomienda, por un lado, estar al día de toda la normativa y formarse en sostenibilidad para incorporar esta perspectiva en todas las áreas de asesoramiento. Los cambios normativos y las nuevas regulaciones ligadas a la gobernanza, el impacto social o la protección del medio ambiente afectan a las pymes, que no siempre tienen la capacidad de desarrollar de forma interna un departamento de sostenibilidad.
Por otro lado, anima a los despachos a iniciar su propia transformación sostenible y definir planes de actuación, con una hoja de ruta y objetivos específicos. La sostenibilidad es una oportunidad que, si se gestiona de forma estratégica, puede impactar sobre la reputación, la cuota de mercado, la gestión de riesgos, la financiación e incluso la atracción y retención de talento.
En definitiva, 2024 estará marcado por desafíos y oportunidades significativas para el sector. Afrontar estas cuestiones no solo preparará a las asesorías y despachos para el futuro inmediato, sino que también les posicionará como líderes innovadores y responsables en la nueva era de la consultoría profesional.