El paro sigue siendo la principal lacra económica que padece nuestro país. El número de aspirantes a un puesto de trabajo dentro de un proceso de selección es ingente, la competencia feroz y las oportunidades escasas.
En este sentido, ahora más que nunca cobran vital importancia, no sólo una correcta presentación del currículum vitae, sino la propia entrevista personal, sin duda la prueba decisiva y a todas luces más determinante. Como norma general adelantaremos que allí hay que llegar con las ideas claras y preparado para las preguntas que nos puedan llegar a hacer.
Conviene introducir en los primeros compases de una entrevista de trabajo los aspectos relacionados con el proyecto y tu desarrollo personal y profesional. Es aconsejable que las condiciones laborales –retribución u horarios- sea nuestro entrevistador quien las introduzca en la entrevista.
A partir de este punto, debemos manejar con soltura nuestro propio currículum –no siempre es fácil- y conocer con exactitud a qué clase de puesto de trabajo estamos aspirando.
Estas son algunas recomendaciones básicas:
• Tratar de usted a nuestro entrevistador salvo que nos indique lo contrario.
• No invadir su mesa con nuestros papeles u objetos.
• Escuchar atentamente .
• Relacionar siempre nuestras respuestas con el puesto de trabajo al que estás optando.
• No contestar con monosílabos o respuestas cortas.
• Tomarse unos segundos para pensar antes de responder.
• No divagar.
• Importante: mantener en todo momento el contacto visual con nuestro interlocutor.
• Controlar la comunicación no verbal: lo que más van a valorar es la seguridad en ti mismo y la naturalidad.
• Dar las gracias
Resulta fundamental para hacerse con el puesto de trabajo en lizas saber comunicar mejor tus habilidades que tu competencia. En este sentido, los primeros diez minutos de la entrevista resultan básicos para tratar de buscar una conexión y generar interés en nuestro interolucutor.
Si la entrevista se extiende en el tiempo, buena señal. Si no nos permiten explicarnos como nos gustaría, por el contrario, mal asunto. Para evitar un disgusto debemos:
• Preparar a fondo la entrevista de trabajo. Debemos prever con anticipación que tipo de preguntas nos pueden plantear, lo que no es óbice para que respondamos como autómatas o memoricemos las respuestas.
• No se debe mentir . La única forma de contestar bien es que la respuesta sea verdad…. Y sortear hábilmente los temas espinosos
• No criticar ni empresas, ni jefes, ni antiguos compañeros.
• Debemos dirigir la conversación hacia aquellos apartados que nos resulten más beneficiosos.
• Hay que mostrarse motivado, pero no desesperado por el puesto de trabajo.