Hacia un mundo inteligente

Juan Antonio Zufiria, presidente de IBM en España habla de los desafíos que plantea un mundo cambiante y complejo y de la oportunidad que representa la crisis como acicate para abordar nuevos retos e iniciativas.

Publicado el 27 Ene 2010

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Vivimos en un mundo muy complejo, cambiante y desafiante. Sin embargo, ahora más que nunca el futuro se apellida ‘inteligente’. Y es que, si bien es cierto que vivimos un periodo de crisis, también lo es que las dificultades que nos rodean no pueden actuar, en modo alguno, de forma paralizante, sino, muy al contrario, deben servir de acicate para abordar la situación con audacia y decisión. De hecho, a pesar de la crisis o, incluso, gracias a ella, estamos ante una oportunidad única de construir un planeta significativamente más inteligente, eficaz y sostenible.

Ahora más que nunca se están dando las circunstancias idóneas para abordar cambios que cambiarán el modo de hacer las cosas. Y, ¿por qué ahora? Porque el mundo se está haciendo más ‘instrumental’ y más gestionable gracias a la tecnología; porque el mundo se está interconectando -no en vano, muy pronto 2.000 millones de personas tendrán acceso a Internet- y porque la inteligencia, en tanto capacidad de gestionar eficientemente información y de actuar, se está haciendo ubicua. Esto nos da la capacidad de recoger más información y de analizarla con mayor profundidad para poder tomar decisiones más ajustadas a la realidad.
Pues bien, a estas circunstancias idóneas que hacen posible construir un mundo más inteligente, se suman dos factores más. Me refiero, al hecho de que tenemos el compromiso moral de resolver las ineficiencias y enormes desafíos que presenta nuestra sociedad y, además, tenemos la conciencia de que ha llegado el momento de hacerlo.
En suma, estamos convencidos de que es tiempo de actuar y de dar un paso adelante hacia un mundo más inteligente y sostenible. Y es que las decisiones que se tomen hoy serán decisivas para el futuro de los individuos, de las empresas y de las organizaciones. No en vano, fruto de las conversaciones con 2.500 CIO de compañías y organismos públicos de 78 países, cuyas conclusiones han quedado reflejadas en nuestro ‘Informe Global sobre Directores de Tecnología 2009’, hemos verificado que sólo aquellas empresas capaces de actuar y de aprovechar las oportunidades tácticas y estratégicas que les ofrece su negocio, logran registrar tasas de crecimiento consistentes e incluso son capaces de aumentar su cotización en bolsa, pese a que el índice esté cayendo.
Estas conclusiones demuestran que actuar y, sobre todo, ‘saber hacerlo’ es lo que marca la diferencia en la evolución del negocio de una empresa y de otra, que es preciso activar herramientas que nos permitan ver esos resultados a largo plazo.

Nuevas fórmulas para una visión a largo plazo

En paralelo al enorme potencial que ofrecen las nuevas tecnologías para generar cambios en la sociedad, la economía y la forma de trabajar, asistimos a ciertas ineficiencias y espacios susceptibles de mejorar tanto en el sector sanitario, eléctrico, financiero o de telecomunicaciones.
La implantación de tecnologías inteligentes en el sector sanitario es uno de los ejemplos de un avance que beneficia a la ciudadanía. España ocupa el puesto 18 sobre 31 países en cuanto a calidad de la prestación sanitaria. Para tratar de solucionar esta situación, es vital apostar por un sistema de sanidad más inteligente, que permita simplificar los trámites administrativos y ofrecer una mayor calidad asistencial, haciendo uso de las nuevas tecnologías e Internet. En este sentido, por ejemplo, hemos puesto en marcha un proyecto de Receta Electrónica con el Servicio Extremeño de Salud, que está permitiendo a los médicos extremeños invertir un 30 por ciento más de tiempo en la atención a sus pacientes.
Otra prueba de los beneficios generados por esta transformación tecnológica la encontramos en los sistemas y medios de transporte. El problema de los atascos y de la contaminación podría reducirse con sistemas de gestión del tráfico basados en tecnologías más inteligentes. Por este motivo, estamos trabajando en diferentes proyectos en Estocolmo, Singapur, Londres o Brisbane. En Estocolmo, por ejemplo, hemos puesto en marcha una solución de peaje muy innovadora que ha reducido la congestión del tráfico un 25 por ciento y ha incrementado el uso de los transportes públicos en más de 40.000 personas al día.
En el sector eléctrico también existen ejemplos de ineficiencias susceptibles de eliminarse, gracias al uso de las nuevas tecnologías. Entre el 40 y el 70 por ciento de la energía que se distribuye en el mundo se pierde por incidencias en el proceso de generación o de distribución. Sin duda, se trata de un gasto importante que podría reducirse, si mejorásemos la eficiencia de nuestras redes de distribución eléctrica. Con este objetivo, estamos trabajando en el proyecto SmartCity Málaga, liderado por Endesa, que aborda la instalación de la primera red eléctrica inteligente en España, y que prevé un ahorro del 20 por ciento del consumo eléctrico, lo que se traducirá en más de 6.000 toneladas anuales de CO2.
Estos son sólo algunos ejemplos que demuestran que es posible mejorar y perfeccionar los procesos en cualquier ámbito gracias a las nuevas tecnologías y que el único límite para hacerlo es la imaginación. Por tanto, hoy es un tiempo extraordinario e ilusionante para quienes estén dispuestos a explorar nuevos caminos, a desarrollar nuevas ideas y a tomar iniciativas sobre su propio futuro. Sólo resta dar el paso adelante y, en este sentido, IBM ya está trabajando en construir un mundo mejor.

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Mónica Hidalgo

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