La Nube Total: adelgazar sin perder músculo

Jesús Midón Pablo, Director General de Esker Ibérica y Vicepresidente de EuroCloud España.

Publicado el 22 May 2012

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A día de hoy tenemos ya perspectiva suficiente como para diagnosticar que aquellas ambiciosas estrategias de externalización de las TIC vinieron a satisfacer una serie de necesidades, pero no pudieron con todas y consiguieron resolver una serie de problemas, pero trajeron otros. Básicamente, y utilizando un símil al uso, las empresas perdían calorías pero en muchos casos se quedaban anémicas.

Por un lado, el outsourcing en su concepción tradicional conllevó, colateralmente, la descapitalización intelectual de muchas empresas. No sólo se echaron fuera activos tecnológicos costosos, sino también talentos profesionales que hubieran sido perfectamente aprovechables. Y al final no reportó la optimización de costes prometida, ya que acarreó otros con los que no se contaba a priori.

Por otro lado, el hosting puro y duro no hizo más que dar alojamiento físico a las aplicaciones y datos de las empresas. Pero no tenía en cuenta el coste de mantenimiento y actualización de esas aplicaciones, ni que alguien de la empresa tenía que encargarse de ello; además de afrontar los problemas de compatibilidad de las nuevas versiones con sistemas críticos de la organización, como por ejemplo el ERP.

Pero la externalización sigue siendo necesaria, más aún en los tiempos que corren. Y al mismo tiempo que la tecnología evoluciona las experiencias nos sirven para aprender. Lo que algunos expertos llaman Smart Sourcing, o también Servicios Compartidos, viene a dar una respuesta más inteligente a la misma necesidad. La disponibilidad de soluciones Cloud Computing propicia que podamos diseñar estructuras TIC empresariales en las que determinamos qué decisiones y actuaciones siguen bajo nuestro control, y cuáles en cambio podemos delegar para que no se nos hagan pesadas, en términos de coste y de mantenimiento.

Las empresas pueden combinar la creación de sus nubes privadas con la utilización de nubes públicas, confiando en distintos proveedores para crear modelos de externalización flexibles y transparentes. De esta manera, información y aplicaciones críticas pueden residir en servidores propios y ser accesibles remotamente desde cualquier esquina o vertiente, por remota que sea, de la organización. Al mismo tiempo, tecnologías como SaaS, PaaS e IaaS nos permiten exportar los procesos sin renunciar al conocimiento.

Es lo que llamamos Nube Total: nos deshacemos de la carga que suponen las instalaciones, actualizaciones, problemas técnicos, máquinas, costes fijos, etc. Es decir, nos despreocupamos de la tecnología, perdemos grasa. En cambio, podemos seguir contando con nuestros mejores profesionales y aprovechar su valía para tareas más estratégicas que estar horas picando datos.

La externalización a través del Cloud puede reportarnos ahorros de hasta el 70% en tiempo y costes de gestión, al tiempo que incrementa la visibilidad y transparencia de las operaciones y la rapidez de respuesta. Eliminando, además, el papel y unificando la interfaz desde la que trabajamos conseguiremos agilizar la cadena de procesos entre departamentos, a fin de que éstos sean más eficientes y productivos.

Al fin y al cabo, externalizar significa aligerar la organización, no el talento. O adelgazar sin perder un gramo de músculo.

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Redacción TICPymes

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