“El marketing digital todavía se parece mucho al sexo en el instituto, mucha gente habla de él, poca gente lo practica y son los menos los que lo hacen bien”. Lo ha dicho Keith Weed, responsable de Marketing mundial de Unilever, una de las empresas premiadas en el reciente festival de publicidad de Cannes. Pocos símiles serían más acertados. Al menos, para describir el panorama español, aunque obviamente el señor Weed se refiere al ámbito mundial. Si consultamos a las empresas españolas, unas sacarán pecho contando sus “hazañas digitales”; otras, más tímidas, no se pronunciarán proactivamente, sólo si se ven accorraladas ante la pregunta, “hombre sí, marketing digital hacemos, pues como todo el mundo”. Pero si profundizamos en lo que hacen realmente unos y otros, veremos que unos más y otros menos pero la gran mayoría se quedan por debajo de la media. “Bueno, tenemos una página web”. “Sí, hemos hecho campañas de e-mailing”. “¿Redes sociales? claro, tenemos un grupo en Facebook y a mucha gente le gusta (a los amiguetes, se entiende)”. El problema general con el sexo, quiero decir con el marketing digital, es que se recurre demasiado al onanismo. “Esto es muy fácil, ya me lo hago yo”. Pero no es que sea fácil, es que es barato, o incluso gratis. El coste será cero pero la efectividad probablemente también. Tienes una página web, pero ¿tienes una página web inteligente? Sales muy bien en los buscadores, pero ¿cuando buscan lo que realmente ofreces? Entonces ¿es que sólo vale el marketing digital de pago? No necesariamente, pero lo que resulta fundamental, sobre todo al iniciarse, es contar con alguien que tenga experiencia. De casa o buscarlos fuera. También lo dice Keith Weed: “el problema está en encontrar la agencia que tenga el modelo más adecuado para la marca. No importa el tamaño de la agencia, sino la gente que trabaja en ella y cómo luchan por sacar la marca adelante”. Y es que lo digital es muy abstracto, como el sexo, no podemos querer abarcarlo todo y luego hay muchas formas de hacerlo y de disfrutarlo. Cada uno debe buscar la suya o las suyas. No vale llenarse la boca diciendo que lo practicas todo: posicionamiento, link building, publicidad en redes sociales, reputación on line… y además cuantas más siglas y más términos anglosajones, mucho más impactante y mejor. Hay que estudiar bien las necesidades de negocio, los objetivos, conocer bien los canales digitales y sus audiencias y, lo más importante, crear el contenido, el mensaje certero y adecuarlo al canal idóneo. Al final, tendremos un nuevo mundo muy sexy, con objetos y prendas de lo más seductoras, pero lo esencial sigue siendo el con-te-ni-do. Si este es convincente, lo digital lo potenciará. Y si uno sabe perfectamente cómo hacérselo él solo, adelante. Pero no desprecie a los expertos. Siempre viene bien ponerse en manos de alguien que te ayude a encontrar experiencias nuevas y satisfactorias. http://byenrique.wordpress.com/category/peroestocuandosale/
Marketing digital, ¿como el sexo en el instituto?
Enrique de Pablo, periodista y consultor
Publicado el 02 Jul 2010
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