Usted es un emprendedor que ha volcado todo su dinero e ilusiones en un pequeño negocio. Las ventas van bien, la relación con los proveedores es excelente, sus productos causan furor… Pero al cerrar el las cuentas, se da cuenta de que algo no cuadra. Le están robando, y usted no se está dando cuenta. No se preocupe, no es su culpa, pero sí es su responsabilidad evitarlo. Tome nota de estos consejos:
1. Persona sospechosa. No hablamos de juzgar a la gente por su imagen, sino por su actitud. Lo notará en seguida, los amigos de lo ajeno tienen una peculiar manera de comportarse.
2. Ventanas y puertas resistentes. Parece evidente. Vigile todas las entradas y salidas y asegúrese de que no las abre el viento.
3. No guarde dinero en el local. Sólo una cantidad mínima en efectivo. Evite también ir a la misma hora al banco a ingresarlo. No sabe quién le está observando.
4. Alarma. Instálela y compruebe regularmente que está activada. Y anuncie a los ladrones que la tiene con un cartelito a la entrada.
5. Visibilidad. Espacios diáfanos en lo posible.
6. Cámaras. Coloque un circuito cerrado de televisión con el propósito de presentar unas pruebas ante la policía en caso de hurto.
7. Ilumine el local. Oscuridad es una invitación a los ladrones, que podrán trabajar a gusto.
8. Campana. Coloque en la puerta de entrada algún tipo de dispositivo que suene y que oiga tanto usted como el posible ladrón. Así sabrá que su visita se ha anunciado y probablemente le disuadirá de sus intenciones.
9. Espejos. Suelen quedar bien y además le servirán para vigilar los rincones de difícil acceso.
10. Mienta sin remordimientos. Cámaras ficticias, que en realidad no graban, alarmas desconectadas, carteles disuasorios… Si tiene un bajo presupuesto, esta es su mejor opción.