Cada vez más ahorradores fijan la vista en países como Letonia, Eslovaquia, Italia o Francia. Y no precisamente por sus encantos turísticos, sino por sus bancos. Los depósitos a plazo fijo extranjeros se han convertido en una alternativa a la escasa rentabilidad de los españoles. Mientras entidades como BBVA, Bankia, CaixaBank o Banco Sabadell ya comercializan plazos fijos al 0%, con los que el ahorrador no ingresa ni un céntimo en concepto de intereses, bancos como el italiano Banca Sistema, el eslovaco Privatbanka o el letón BlueOrange permiten rascar rentabilidades del 1% TAE o más.
A pesar de que muchos españoles todavía se muestran reacios a movilizar sus ahorros para llevárselos a un banco extranjero, el interés ha aumentado. El pasado año, el 42% de los españoles afirmaba estar dispuesto a llevarse sus ahorros a un banco extranjero, ocho puntos porcentuales más que un año antes, de acuerdo con un análisis realizado por el comparador de productos financieros HelpMyCash.com.
Pero ¿qué implicaciones fiscales tiene invertir los ahorros en un banco que no tiene sucursal en España? “Invertir en un plazo fijo extranjero no nos exime del pago de impuestos”, aclaran fuentes de HelpMyCash. Si cobramos intereses fuera de España, tendremos que declararlos en la renta del año correspondiente, con el inconveniente de que las ganancias no aparecerán en el borrador, sino que tendremos que incluirlas nosotros. Algo que, no obstante, es muy sencillo.
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Los intereses extranjeros se tienen que declarar
Los intereses obtenidos en el extranjero se incluirán en el campo ingresos íntegros que se encuentra en la casilla relativa a los intereses de cuentas y depósitos y de activos financieros en general. Esta casilla se ubica dentro del bloque correspondiente a los rendimientos del capital mobiliario. Si hemos obtenido rentas en España, en el borrador ya constarán estas cantidades en esta misma casilla, ya que las entidades sujetas al régimen fiscal español informan a la Agencia Tributaria de los intereses devengados. En tal caso, tendremos que sumar los intereses brutos obtenidos en el extranjero a los rendimientos obtenidos en España e incluir la cifra total.
El tipo impositivo aplicado sobre las ganancias cosechadas fuera de España será exactamente el mismo que nos hubiesen retenido si el depósito fuese nacional: un 19% para rentas de hasta 6.000 euros, un 21% para los siguientes 44.000 euros y un 23% para el resto.
La banca extranjera suele pagar los intereses en bruto, sin practicar ninguna retención, si el cliente tiene su residencia fiscal en otro país. No obstante, algunos bancos suelen exigir al cliente que presente un certificado de residencia fiscal en España para no practicarle ninguna retención. Este documento puede descargarse desde la web de la Agencia Tributaria.
En cualquier caso, en algunos países no nos libraremos del pago de impuestos aunque seamos extranjeros. En Portugal, por ejemplo, la retención estándar es del 28%, pero se puede reducir al 15% en el caso de los no residentes y en Letonia tendremos que pagar un 10%, en lugar del 20% habitual, según informa Raisin.
Si el banco nos practica algún tipo de retención, seguiremos estando obligados a declarar los intereses en España, explican desde HelpMyCash. No obstante, la Agencia Tributaria permite a los contribuyentes que hayan obtenido rendimientos fuera del país que ya han sido gravados deducirse o bien el impuesto satisfecho a la hacienda extranjera o bien “el resultado de aplicar el tipo medio efectivo de gravamen a la parte de base liquidable gravada en el extranjero”, según el manual de la Agencia Tributaria. El objetivo es evitar que el contribuyente pague impuestos dos veces por los mismos rendimientos. Para ello, deberemos informar de las cantidades retenidas en el extranjero en la casilla relativa a las deducciones por doble imposición internacional.
¿Tengo que presentar el modelo 720?
Aquellos que tengan más de 50.000 euros en cuentas y depósitos ubicados en el extranjero (en su conjunto) tendrán que presentar también el modelo 720 ante la Agencia Tributaria. La declaración informativa se tiene que entregar telemáticamente durante los tres primeros meses del año (este año el plazo termina el 31 de marzo de 2020), es decir, antes del inicio de la campaña de la renta, que este año dará el pistoletazo de salida el 1 de abril.
Una vez presentado el modelo 720, solo se tendrá que volver a presentar en los siguientes años si el capital declarado inicialmente se incrementa en más de 20.000 euros.
¿Compensa sacar los ahorros de España?
Invertir en bancos europeos tiene sus ventajas. Por un lado, el riesgo de divisa desaparece si se invierte en la eurozona. Incluso entidades de países que no forman parte de la zona del euro, como el banco búlgaro BACB, permiten a los españoles abrir depósitos en euros.
Por otro lado, los ahorradores tienen a su favor la armonización del sistema de garantía de depósitos que reina en Europa. Todos los Estados miembros protegen hasta un máximo de 100.000 euros por cliente en cada entidad.
Además, muchos depósitos europeos pueden contratarse por Internet, sin necesidad de desplazarse y en español o, en algunos casos, en inglés. Algunas entidades extranjeras, como las maltesas, llevan años enfocándose en el ahorrador español. Varios bancos del pequeño país insular permiten contratar sus depósitos a distancia y ofrecen un servicio de atención al cliente en español o en inglés. Por su parte, la fintech alemana Raisin, que comenzó su andadura en España en diciembre de 2016, permite a los españoles acceder a más de medio centenar de productos de ahorro de banco europeos y realizar todo el proceso en español. Raisin ya suma más de 205.000 clientes de 32 países europeos.