Hace tan solo un par de años la Telepresencia se planteaba como un adelanto espectacular en el sector de la Realidad Virtual, una experiencia inmersiva que gracias a soluciones 3D hacia parecer que el interlocutor estaba presente en la conversación. La tendencia del sector era convertir la comunicación en una experiencia prácticamente real que nos recordaba a alguna que otra película, una propuesta interesante que necesitaba de fuertes inversiones.
A día de hoy el mercado de la Telepresencia ha tomado otro camino como consecuencia de la coyuntura económica y del creciente interés de las empresas por herramientas de colaboración que mejoren su productividad y ahorren tiempo y dinero. El 70% de las grandes compañías europeas ya disponen de estos sistemas, por lo que son las medianas y las pequeñas quienes ven en ellos una oportunidad de negocio. Se estima que el valor del sector de la Telepresencia y las infraestructuras de vídeo protagonizará un crecimiento espectacular hasta alcanzar los 5.500 millones de dólares para 2016. Culturalmente la integración del video en las comunicaciones empresariales se percibe como una inversión de alto retorno. En el caso de las empresas españolas se calcula que la implementación de sistemas de Telepresencia podría significar una reducción de al menos el 40% de los viajes y el ahorro de 4.000 millones de euros anuales, lo que en un entorno marcado por la falta de financiación es un factor importante. Además los usuarios que han experimentado sus ventajas no solo la ven como una herramienta de comunicación y colaboración, sino como una herramienta de estrategia financiera y de control de costes que, gracias a nuevas soluciones más competitivas en precio y orientadas a las necesidades que las pymes realmente tienen, está en plena expansión.
Hasta ahora los costes de implantación y la dificultad en el uso eran una barrera para que estas tecnologías llegasen a las pymes, pero la bajada de los precios de las comunicaciones y el desarrollo de herramientas fiables, sencillas de usar y adaptadas a la realidad empresarial del cliente está marcando el peso creciente de la Telepresencia en el ámbito de las comunicaciones unificadas. Comunicación, ahorro, productividad, flexibilidad y formación son principios ineludibles para una empresa que quiera mantenerse en el mercado. En este sentido el vídeo es el protagonista desde cualquier dispositivo: móvil, pantalla del ordenador, una sencilla sala de juntas o una sala audiovisual permiten comunicaciones simultáneas y bidireccionales que además de mostrarnos a nuestro interlocutor nos permiten compartir presentaciones y archivos con conexiones multipunto.
Hay también una serie de factores que a largo plazo mejoran notablemente en las empresas gracias a la Telepresencia: el ahorro significa un incremento de la productividad, la posibilidad de trabajar en equipo sin moverse del puesto de trabajo mejora la comunicación y la facilidad para reunirse y tomar decisiones sin el cansancio acumulado tras un largo viaje, redunda en la calidad del trabajo, también contribuye a mejorar el medioambiente ya que a menos viajes menos emisiones de co2. Todas las ventajas de la Telepresencia contribuyen a mejorar la calidad del entorno de trabajo y las pymes ya pueden aprovecharlas con sistemas especialmente pensados para ellas.
