¿Web 2.0 al ritmo de las personas o al revés?

Entrar en social media implica un cambio cultural interno, ya que los profesionales pasan a formar parte de una gran comunidad empresarial.

Publicado el 25 May 2010

José Manuel Ramos Centeno
Human Capital Management – Ibermática

Muchas compañías han comenzado a explorar las posibilidades de social media a través de la adopción tecnológica de las conocidas herramientas 2.0, que facilitan la comunicación y la gestión empresarial. Existen diferentes apuestas en esta línea, como por ejemplo blogs, wikis, marcadores sociales, social networking o multimedia sharing, que se han convertido en verdaderos motores de la información. Los objetivos pueden ser múltiples, tales como la formación de los profesionales o la apuesta en común del conocimiento de la empresa al servicio de los objetivos corporativos.

Sin embargo, pese a ser una corriente que cada vez más se entiende como necesaria, tenemos la necesaria obligación de preguntarnos si lo que sucede a nuestro alrededor puede ser fácilmente asimilado por las personas y si los profesionales tienen tiempo para la implantación de estas herramientas 2.0. ¿Somos capaces de subirnos al tren de los elementos tecnológicos social media que tan insistentemente llaman a nuestra puerta?

Las personas tenemos un ritmo de asimilación y aprendizaje, y en cada una es diferente. Históricamente, los seres humanos han venido demostrando una alta capacidad de adaptación, hasta el punto de haber logrado la supervivencia en todos los rincones del planeta. No obstante, esta asombrosa capacidad sólo la han demostrado algunos seres humanos, mientras que otros se han quedado en el camino de la evolución.

Cuando hablamos de la implantación de social media en las empresas (Social Business Media) debemos preocuparnos de la estrategia de vinculación de los grupos de interés. El éxito de la implantación está asociado a que todos se vean involucrados en el plan definido y, por ello, el despliegue debe tener un enfoque común.

Entrar en social media implica un cambio cultural interno, ya que los profesionales pasan a formar parte de una gran comunidad empresarial, con unas normas y unos límites, con contenidos accesibles y de fácil distribución. Como el comportamiento de las personas no es algo que pueda cambiarse radicalmente de un día para otro, es absolutamente necesaria la implicación de la dirección, que debe organizar estos entornos de conocimiento para que evolucionen hacia una mayor eficiencia. El reto será preparar a las personas y favorecer su participación para que puedan aportar, compartir, combinar y consolidar el conocimiento a fin de conseguir los objetivos individuales y colectivos.

En enfoque global, por tanto, debe estar dirigido y es más que recomendable disponer de tácticas de vinculación comunitaria, con una estructura de liderazgo y gobierno, procesos y guías de uso, políticas de reconocimiento y participación, recursos e infraestructura suficiente, indicadores de resultados cualitativos y cuantitativos.

Si creemos que los resultados dependen en gran medida de cómo se organice una empresa, la implantación de este tipo de herramientas ayudará a la evolución de la compañía, sin olvidar que este esfuerzo está asociado a reformas estructurales lideradas, que permitan consolidar la organización en el futuro.

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Redacción TICPymes

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