La distancia de la que proveen las redes sociales causa en ocasiones momentos esperpénticos a la hora de buscar la aceptación del grupo o un objetivo concreto en el marco de una campaña de marketing. En Facebook todos hemos recibido alguna vez una petición de “Like” desesperada y como sucede en la vida real, esta falta de sutilidad nos provoca cierto rechazo.
Tan sinuoso asunto trata en su blog la especialista en redes sociales Marta Morales Castillo, la desgraciadamente cada vez más habitual práctica de mendigar seguidores. Craso error. Toda empresa busca –o debería buscar- una reacción espontánea nacida del interés real en tu proyecto, producto o idea. Ése es el engagement real. Sin embargo no es así.
Sin ningún tipo de pudor se piden –casi exigen- “Likes”. No calibran que por muchos seguidores que puedas ganar practicando este pseudochantaje emocional no compensan la mala imagen dada a la comunidad, desesperado y vendido por un puñado de followers.
Dichos seguidores, además, lo más probable es que te den esquinazo a la primera oportunidad tras, probablemente, haber clickado al pulgar hacia arriba presionados.
No merece la pena suplicar “likes”. Tu marca se resentirá, tu reputación social se manchará y lo que es peor…. Pasarás de un like a ser asociado a un término mucho peor.
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