La transformación digital trae consigo nuevos modelos de negocio adaptados a las nuevas tecnologías y a un consumidor cada vez más exigente. Las empresas con serviciolow cost han llegado a todos los sectores y también al inmobiliario, aunque en sí mismas no son agencias inmobiliarias. Su sistema es operar en internet con publicidad destacando el bajo coste para el consumidor. Estas nuevas empresas cubren un nicho de mercado que no necesita asesoramiento personalizado.
“Aunque en sus campañas se comparan con agencias inmobiliarias, poco tiene que ver su servicio online low cost con el que brinda una agencia inmobiliaria moderna. La principal diferencia es la falta de asesoramiento personalizado y el poco conocimiento del mercado inmobiliario. Sin duda, el máximo beneficio para el cliente es sus bajas tarifas. Las empresas low cost no son inmobiliarias, no invierten en formación ni en personal cualificado que pueda ayudar al cliente, su negocio se asienta básicamente en hacer publicidad para poner en contacto propietarios con compradores y/o inquilinos, pero para eso ya están los portales online. Algunas están implementando un servicio tipo chat o por vía telefónica para que el cliente sienta que cuenta con un asesoramiento más cercano pero, a medida que va contratando sus packs de servicios con asistencia, la tarifa low cost va dejando de ser low cost”, explica Moisés Ruíz, Gerente de AGORA MLS.
En los últimos 20 años han surgido otro tipo de agencias inmobiliarias con un concepto moderno de negocio y actividad, que ofrecen un servicio personalizado, este es el caso de las agencias agrupadas al sistema MLS. No son agencias tradicionales, son agencias que dan un paso más e invierten mucho en formación, marketing, publicidad, tecnología y colaboran intensamente con otras agencias a través de agrupaciones en beneficio de los clientes. El objetivo de todas es ayudar a vender antes la vivienda y ofrecer asesoramiento personalizado en cada operación.
“Las inmobiliarias agrupadas en una MLS se enfocan en el asesoramiento personalizado, el trato directo con el cliente y la formación constante de su equipo profesional. Cuentan con equipos especializados en zona que valoran la vivienda; acompañan al cliente en todo el proceso de compra o venta de un inmueble; les ofrecen asesoramiento legal, fiscal y financiero; representan a una de las partes del proceso, al propietario o al comprador; colaboran con otras agencias, para disponer de una mayor oferta de propiedades en exclusiva y de una base de datos de compradores cualificados; sólo cobran los honorarios a éxito, cuando se ha llegado a realizar la operación; y lo más importante, se ofrece un valor añadido al tratar con la persona. Una buena compraventa no se puede dejar solo en manos de la tecnología”, defiende Ruíz.
La experiencia detrás de las inmobiliarias agrupadas a una MLS también es un valor añadido que ayuda a los clientes en la toma de decisiones y la resolución de conflictos. Además, las agencias están (auto)reguladas y aplican un estricto código ético.