Cuando parecía que tener presencia en el mundo digital consistía en disponer de una web o tienda online y actividad en redes sociales, llegó la revolución del metaverso. Todo lo anterior no tiene nada que ver con este espacio en el que las personas se relacionan de manera virtual.
“Es un mundo diferente en el que convivir, pero también donde generar negocio si se comprende bien”, afirma la responsable de negocio de la plataforma de email marketing Acrelia, Lidia Castillejo. Castillejo cree que el metaverso está en sus inicios, pero que es un buen momento para las marcas para explorarlo, familiarizarse y estar preparados.
El metaverso es un mundo virtual que no existe físicamente al que se puede acceder gracias a un dispositivo. Una de las claves es que las personas pueden tener la identidad que quieran y todos los avatares pueden interactuar en tiempo real entre ellos.
Hay varios metaversos y la elección de en cuál tener presencia dependerá de dónde se encuentre el público objetivo.
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Cómo el marketing online puede aprovechar el metaverso
Los primeros metaversos se asociaban a juegos y tenían una comunidad muy limitada. Hoy día son espacios construidos virtualmente para que las personas convivan y se puede asistir a eventos virtuales, conciertos o charlas, hacer turismo o comprar productos propios del metaverso y artículos del mundo real.
El último estudio de IAB de redes sociales asegura que el 22% de los internautas españoles ha estado alguna vez en el metaverso. Su notoriedad aumenta respecto al año anterior, aunque todavía su uso no está expandido. Las marcas están presentes de manera experimental, probando funcionalidades para tanto extraer rendimiento como para acercarse a su audiencia.
A este beneficio de marca hay que sumar las ventas directas que pueden resultar de tener presencia en el metaverso a través de los ecommerce. “Es posible dirigirse a estos nuevos usuarios creando eventos específicos para ellos que sirvan para promocionar productos o aprovechar espacios publicitarios”, aconsejan desde Acrelia.
El metaverso tiene muchas ventajas compartidas con el mundo online: es altamente
personalizable y los usuarios pueden ayudar a difundir productos. Y, como pueden realizarse compras sin salir de la aplicación, el retorno es rápido y fácil de medir. Por eso, como en cualquier estrategia de marketing, es importante conocer bien a los usuarios y ofrecerles lo que esperan en ese entorno. No funciona lo mismo que en otros canales, la experiencia es totalmente diferente. “No basta con imitar el mundo real, lo que puede hacernos destacar es inventar algo que se salga de lo convencional”, aclaran desde Acrelia.
Qué campañas de email marketing enviar
El metaverso no es un canal complementario a los que ya se usan. Si no se presta atención a las características que lo hacen especial, no se obtendrá la atención de sus usuarios, que están acostumbrados a experiencias inmersivas y un mensaje sencillo. “Para captar clientes en el metaverso hay que buscar un acercamiento creativo, por ejemplo, con vídeos, gráficos 3D, códigos QR y elementos de gamificación”, aconsejan de Acrelia, que señalan también la importancia de dejar clara la política de privacidad para demostrar que se protegen los datos personales.
El correo electrónico es buen canal para avisar a los suscriptores de la presencia en los metaversos que existen. Puede ser una nueva Ɵenda, un evento o un producto, según la estrategia en el mundo virtual. Una forma de dar visibilidad a estos espacios es el uso de vídeos o animaciones, no solo capturas de pantalla, para que los usuarios quieran entrar si tienen cuenta o incluso registrarse. Así también podrán atraer nuevos miembros.
Un forma de ampliar las campañas de email marketing al metaverso, es utilizarlo como un canal de promoción más y extender allí ventas o descuentos en productos. Y no hay que olvidar que los avatares son una gran fuente de ingresos en el metaverso: una tienda de ropa puede preparar una colección especial que permita llevar los mismos modelos que en la vida real u otros totalmente diferentes para experimentar nuevos diseños.
