En verano la publicidad se llena de mares, playas y flotadores. Pero este año ha habido una campaña que ha mostrado otro lado del mar. Se trata de la última campaña de Proactiva Open Arms, realizada por la agencia Buzz. Y que marca un punto de inflexión en la comunicación de la ONG, al ser la primera que no busca solo la recaudación de donaciones, sino también la concienciación de la sociedad sobre el tema.
Esto se debe a un cambio en la situación internacional”, nos cuenta Laura Lanuza, responsable de la comunicación de Proactiva Open Arms. “Si desde el principio las instituciones europeas no hicieron nada para ayudar nuestro trabajo, con la campaña orquestada de criminalización hacia las organizaciones humanitarias en el Mediterráneo en 2018 han llegado incluso a inmovilizarnos y acusarnos de favorecer la inmigración ilegal”.
La ONG necesitaba una estrategia para defender la necesidad de su trabajo delante de los medios, de los comentarios de los políticos y de las redes sociales. El debate estaba muy encendido, con preocupación sobre qué harán los inmigrantes cuándo lleguen a Europa, sobre el por qué vienen aquí, sobre el miedo a que haya terroristas entre ellos, sobre el gasto público para mantenerles, y mucho más.
“En mitad de esta confusión generalizada, necesitábamos volver a centrar el debate sobre el único punto verdadero y cierto de la situación”, explica Davide Gozzi, Head of Creative Strategy en Buzz. “Cuando una persona se está ahogando en el mar, no puedes hacerte preguntas. El único gesto humano es tirarse al mar y salvarle la vida”, mantiene.
La campaña creativa responde a esta estrategia de manera directa y sencilla. Una foto (real) pone al espectador delante de la situación que un voluntario de Proactiva Open Arms vive cada día: una persona está a punto de ahogarse, a la deriva en el medio del Mediterráneo. Y allí la opción: ¿le salvo la vida o le explico las razones por las cuales dudo si dejarle morir ahogado? Delante de la emergencia, todos los discursos de los medios, de los políticos y de las redes sociales pierden su sentido y la necesidad absoluta del trabajo de Open Arms se hace indiscutible.
Los resultados son de los que dan esperanza: la campaña ha generado 17 millones de impactos de manera orgánica solo en Twitter. Gracias al gran volumen de posts compartidos por los ciudadanos con el hashtag #SalvoUnaVida y a la difusión generada por algunos personajes reconocidos como Jordi Évole, Dani Rovira, Ana Pastor o Paco León, entre muchos otros, la campaña llegó a ser Trending Topic en Twitter. En paralelo, y con una inversión casi nula, la visibilidad y la participación en este canal y también en Facebook e Instagram también fue muy activa, con aportaciones como la de Javier Ambrossi en lnstagram.