Conocida con el nombre de Douyin en China, Tik Tok es una red social que pese a ser casi desconocida para muchos usuarios, ha superado los 35 millones de descargas en iPhone este 2018 y se ha situado por delante de Instagram, Facebook o Whatsapp: es una de las grandes novedades de 2019. «Tiene 500 millones de usuarios, una masa crítica suficiente para pronosticar que seguirá creciendo con fuerza y rapidez», afirma Ferran Lalueza, profesor de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC. «Es la primer vez que una app social china triunfa entre los usuarios occidentales», puntualiza el experto.
Esta red a medio camino entre Snapchat e Instagram mezcla vídeos cortos de máximo 15 segundos, permite editar con filtros, stickers y efectos, hacer playbacks musicales y se puede utilizar con una sola mano. Permite compartir el contenido con facilidad en otras redes sociales como Youtube o Instagram. La música tiene un protagonismo capital: y es que la empresa madre de Tik Tok, Bytedance, compró este verano Music.ly, la famosa aplicación musical de adolescentes por un precio de 800 millones de dólares. «Su integración en Tik Tok no ha sido nada traumática para unos usuarios que estaban muy acostumbrados a unas funciones similares», explica Lalueza.
Según el experto, la estrategia empresarial de ByteDance replica la fórmula de Facebook: mimetizar y/o comprar los competidores.
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¿Qué hace de Tik Tok una aplicación de éxito?
«Es nueva, fresca, divertida, intuitiva y resulta muy atractiva para los adolescentes, que son el segmento de público que marca tendencia. Mezcla vídeo (el formato por excelencia), añade la música, y los contenidos consumidos son breves, óptimos en un entorno sobresaturado y con atención dispersa como el actual, y todo esto ha seducido al público», explica Lalueza. Precisamente, ser novedad juega a su favor –empezó a funcionar en septiembre de 2016–, porque ha provocado que, según el experto, los adultos todavía no hayan aterrizado masivamente y por lo tanto, no hayan provocado la fuga despavorida de los más jóvenes, que nunca se encuentran a gusto compartiendo plataforma con los padres. Es una red específicamente pensada para la diversión y el entretenimiento, y esa parece que es la clave de su éxito: «Ni las fake news, ni la publicidad, ni los haters ni los troles han llegado de forma significativa, es la red social del buenrollismo y la evasión», afirma Lalueza.
Musers o tiktokers, los nuevos influenciadores
Zhang Yiming, el desconocido propietario de Tik Tok, ya es uno de los hombres más ricos del mundo. Hoy su empresa, Bytedance, tiene una valoración de más de 301.000 millones de dólares, un precio que supera a Uber, según CB Insights. A pesar de su aparente aislamiento, se ha convertido en la compañía tecnológica de China con más capacidad para crear una base internacional con la que ya ha desembarcado en los EE. UU., el sudeste asiático y Japón. «En Occidente su aterrizaje de la mano de music.ly ha sido todo un éxito», alerta Lalueza. Entre las claves de su auge está la elevada inversión en publicidad, un uso muy astuto de los celebrities, un producto fresco y atractivo y la indisimulada voluntad de presentarse como una plataforma global, incluyendo un cambio de nombre (en China se llama Douyin, no Tik Tok).
En España están algunos de los tiktokers o musers, como se conoce a los usuarios famosos con muchos seguidores de esta red, que suman millones de fieles de todo el mundo. Los más famosos son @twinmelody, dos gemelas vascas que recopilan más de 2,4 millones de seguidores; Laura López @lauralp21, famosa por sus playbacks de música latina, o el joven alicantino @pablobrotonss con 1,3 millones de seguidores.
Los hándicaps de Tik Tok
«Uno de los retos que tiene por delante esta red es traducir este crecimiento en dinero», alerta Lalueza. La compañía ya está buscando la manera de incluir publicidad en la aplicación, un cambio que atraerá a grandes compradores dado el público objetivo que la utiliza. Otra de las amenazas son las críticas que ha recibido por el uso indeseable y la infiltración que pueden hacer los pederastas por el hecho de que buena parte de sus usuarios son menores (a menudo incluso por debajo del mínimo de trece años que establecen los términos de uso).