Centralizar los certificados digitales resulta fundamental para proteger la información y garantizar la seguridad de las empresas. El 60% de las compañías han decidido mejorar sus niveles de ciberseguridad en este último año con el fin de prevenir posibles ataques, de acuerdo con un estudio de IBM, una cifra que apoya la necesidad de las organizaciones de protegerse.
La custodia de los certificados digitales y claves ha pasado a ser una cuestión primordial para proteger la información de las empresas. Los numerosos beneficios derivados de su uso refuerzan aún más el hecho de que deban ser gestionados, almacenados y controlados de la forma correcta.
“El certificado digital ha pasado, en apenas unos años, a convertirse en el elemento central de muchas de las prácticas cotidianas de las empresas. No obstante, muchas todavía no han adoptado medidas adecuadas para proteger y gestionarlos de manera eficaz, lo que representa un riesgo para su identidad digital, ya que se exponen a amenazas como el robo de datos y la suplantación de identidad. Por eso, una solución única y centralizada abarca todos los aspectos de la seguridad digital, además de permitir una gestión eficiente y controlada”, explica Daniel Rodríguez, director general de Redtrust.
Los riesgos de gestionar manualmente los certificados digitales
La gestión manual de certificados digitales puede parecer una opción viable para algunas empresas, especialmente aquellas que manejan un número reducido de certificados. Sin embargo, esta práctica puede llegar a comprometer la seguridad de la información:
- Almacenamiento inseguro: los certificados digitales, cuando se gestionan manualmente, a menudo se encuentran dispersos en múltiples dispositivos, lo que dificulta su control y aumenta el riesgo de duplicados no autorizados. Esta dispersión facilita que los certificados puedan ser utilizados en dispositivos sin la autorización adecuada, exponiendo a la empresa a riesgos innecesarios.
- Falta de registro de uso: en un sistema manual, es casi imposible llevar un registro detallado de quién accede a los certificados y para qué se utilizan. Esta falta de trazabilidad puede llevar a un uso indebido de los certificados, con posibles repercusiones legales para la empresa.
- Brechas de seguridad: el uso de software o aplicaciones de terceros para la instalación de certificados en dispositivos aumenta la vulnerabilidad a ciberataques. Sin las medidas de ciberseguridad adecuadas, los certificados pueden convertirse en un punto de entrada para los ciberdelincuentes.
- Pérdida o robo de certificados: la mala gestión manual puede llevar a la pérdida o robo de certificados digitales, poniendo en riesgo la identidad digital de la empresa y la seguridad de su información.
- Falta de control sobre la renovación: las empresas que gestionan manualmente sus certificados a menudo no llevan un control efectivo sobre las fechas de caducidad, lo que puede resultar en la expiración inadvertida de certificados, con consecuencias financieras y operativas.
- Transporte inseguro: cuando los certificados están almacenados en dispositivos específicos dentro de la oficina, su uso se limita a esos entornos. El transporte de certificados en dispositivos portátiles, como pendrives, fuera de la oficina, incrementa significativamente el riesgo de pérdida o robo.