Sage ha presentado junto a CEOE y AFI (Analistas Financieros Internacionales) los resultados de un estudio mundial, que revela cómo la facturación electrónica puede revolucionar la eficiencia de las pymes, mejorar el flujo de caja e impulsar un aumento significativo de la productividad. Esto se produce cuando millones de pequeñas y medianas empresas de toda Europa se preparan para adoptar esta tecnología.
En la jornada celebrada ayer, lunes 24 de junio, en la sede de la CEOE, las tres entidades han analizado las barreras que existen en torno a la adopción de la factura electrónica y cómo la colaboración del sector público y privado permite que la factura electrónica establezca una economía conectada en España y Europa, impulsando su adopción para que las pymes maximicen todos sus beneficios.
Según los resultados del estudio Facturación electrónica: El camino hacia una economía conectada, basado en la realidad de más de 9.000 pymes en todo el mundo, la adopción de la facturación electrónica puede suponer un importante ahorro anual de unos 13.500 euros para las pymes, al reducir casi a la mitad el tiempo dedicado a la tramitación de facturas. El informe destaca que un asombroso 77% de los líderes empresariales intervienen activamente cada mes para garantizar la puntualidad de los pagos, y un 40% lo hace semanalmente.
La facturación electrónica reduce drásticamente estos esfuerzos al mejorar el flujo de información y minimizar los retrasos relacionados con las facturas. El incentivo financiero también abre oportunidades para que las pymes inviertan en nuevos avances tecnológicos.
Aumentar la productividad mediante la facturación electrónica en la economía digital europea
El informe de Sage señala un aumento potencial de la productividad laboral de la UE de hasta un 2,6% anual si las pymes redirigen su tiempo de las tareas administrativas a actividades de mayor valor. Este cambio podría suponer una mejora sustancial del crecimiento económico general de Europa.
Independientemente del tamaño de la empresa, las pymes españolas y europeas recuperan la inversión inicial en el primer año, según indican desde AFI. Tras dos años de su implementación, los ahorros generados por la factura electrónica triplican y duplican, en promedio de la UE y de España, respectivamente, los gastos iniciales asociados al software. Además, su adopción supone una mayor eficiencia operacional, ya que se reduce en un 44% el tiempo necesario para procesar facturas, lo que supone un ahorro de 6 horas semanales para las pymes.
José Alberto González-Ruiz, secretario general de CEOE, explica que “la transición digital está ofreciendo muchas soluciones a los grandes retos que se presentan hoy en día en Europa y, al mismo tiempo, abre grandes oportunidades en aspectos tan importantes como es la creación de empleo o el aumento de la competitividad e innovación en nuestras empresas. La factura electrónica emerge como un componente esencial para mejorar todos los procesos de eficiencia. También se convierte, sin lugar a duda, en una herramienta estratégica. La aplicación de las tecnologías a la facturación y la aparición de las facturas electrónicas va a tener un impacto en lo que se refiere a la mejora de la eficiencia operativa de nuestras empresas, especialmente las pymes, contribuyendo a la trazabilidad de las transacciones, y sobre todo en la mejora de la productividad”
En esa línea, Víctor Ausín, director general de Política Económica, Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, remarca que la adopción de la factura electrónica permite optimizar recursos “que se pueden dedicar a aumentar la dotación capital-trabajo. Esa relación lo que hace es aumentar la productividad de la economía. La liberación de horas improductivas que se podrían reasignar de la gestión de facturas y demás hacia otras labores más productivas nos permitirían liberar en torno a 400 millones de horas al año.”
Por su parte, José Luis Martín Zabala, Managing Director SAGE Iberia, concluye que “debemos ayudar a las pymes en su adopción de la factura electrónica a través de las ayudas financieras, como el Kit Digital, la certidumbre en los plazos de la implantación, la formación constante y continua, y la inversión en infraestructuras digitales que aseguren un intercambio de datos seguro, masivo, amplio y escalable. La facturación electrónica es un integrador y un catalizador de la digitalización, algo necesario para no restar capacidad competitiva del entorno empresarial. El gobierno, el entorno privado y las empresas tecnológicas deben unirse en un entorno común para que esto suceda.”