Los autónomos pueden deducirse de su declaración de la renta hasta cinco gastos si deciden fortalecer la competitividad de sus negocios. A esto es a la conclusión a la que han llegado en Declarando, un software de asesoramiento fiscal para los autónomos.
Estos son los cinco gastos que los autónomos pueden deducirse y que contribuyen a mejorar su competitividad.
Índice de temas
1. Gastos de formación
La formación continua es un pilar importante en el crecimiento y la competitividad del negocio de los autónomos. En este sentido, es importante recordar que los autónomos pueden desgravarse todo el dinero que inviertan en su formación, sea cual sea el nivel de la misma, siempre que se cumplan dos requisitos: que la formación esté relacionada con la actividad que se ejerce y que el curso se realice estando dado de alta en el RETA.
2. Gastos derivados de la compra y reparación de bienes de inversión
Todos aquellos bienes que estén directamente relacionados con el desarrollo de la actividad, que no sean una materia prima, que su precio sea superior a 3.005,06 euros y que vaya a ser usado durante más de un año para la actividad, son reconocidos por Hacienda como bienes de inversión. Hablamos, fundamentalmente, de equipos informáticos, dispositivos o de la maquinaria necesaria para llevar a cabo una determinada actividad.
En este caso, tanto las compras como las reparaciones de estos bienes de inversión son gastos deducibles del IVA, siempre que se pueda justificar el uso exclusivo para desarrollar la actividad profesional. En el caso del IRPF, la manera de desgravarlo será a través de la amortización, un proceso por el cuál los autónomos deben registrar la devaluación del coste de sus bienes y pueden deducirse un determinado importe a lo largo de los años, hasta que el coste inicial les haya sido devuelto íntegramente
3. Gastos de marketing y publicidad
Invertir en cuidar la imagen y ofertar adecuadamente los productos o servicios es importante para aumentar la competitividad de cualquier negocio. En este sentido, la inversión que los autónomos realicen en marketing y publicidad para que su actividad crezca puede ser contabilizada como gasto deducible, siempre y cuando dispongan de la factura correspondiente. Este tipo de gasto incluye acciones tanto en medios digitales, como por ejemplo, los gastos en campañas de anuncios de Google, como otro tipo de campañas más tradicionales, como pueden ser la inversión en folletos, catálogos y otros materiales de publicidad visual.
4. Gastos derivados de la compra o suscripción a herramientas online
Apoyarse en herramientas digitales para optimizar los procesos de cualquier negocio es también una forma de mejorar la competitividad. Además, cualquier pago que los autónomos realicen por una herramienta online relacionada con la actividad profesional puede ser considerado como un gasto deducible, independientemente de que se trate de compras de alguna aplicación o de suscripciones temporales a determinados servicios digitales.
Algunos de los ejemplos más habituales de este tipo de gastos son los programas de diseño, las herramientas de gestión y monitorización del tiempo, los instrumentos y materiales de fotografía y vídeo, y todos aquellos que tengan que ver con las tareas de comunicación o gestión de redes sociales, entre otros.
5. Gastos por la creación o el mantenimiento de una página web
Los gastos de diseño web para promocionar y mejorar la visibilidad de los negocios se han convertido en uno de los más habituales para la inmensa mayoría de los
autónomos, y todos ellos son deducibles. Dentro de estos gastos se incluyen los relacionados con el diseño y la programación de páginas web, la actualización y mantenimiento de las mismas, además de los gastos derivados de hosting, de compra de dominios y de cuentas de email asociadas