¿Acabará por convencer el ‘IVA de Caja’ a pymes y autónomos?

Datisa explica las que, a su juicio, han sido las causas del poco éxito obtenido con la medida aprobada en la Ley de Emprendedores 14/2013.

Publicado el 02 Oct 2014

iva

Datisa da las que, a juicio de la compañía, son las claves del fracaso de este primer intento por establecer un nuevo Régimen Especial de Criterio de Caja que, en la teoría de su concepción, pretendía salvaguardar la liquidez de pymes y autónomos y garantizar la transparencia de las administraciones públicas.

La perspectiva de Datisa destaca entre las principales causas del escaso éxito obtenido por la medida entre su masa crítica, los siguientes puntos:

No era aplicable a todas las empresas. Las que aceptaban “motu proprio” adherirse al sistema podían ver sus cargas administrativas. Algo que les sucedía igualmente a las que, aún diciendo no a la adhesión, estaban obligadas a trabajar con el nuevo sistema fiscal si alguno de sus proveedores se sumaba a la iniciativa.

Imprescindible actualización de los sistemas informáticos. La nueva norma implicaba nuevas obligaciones de facturación y también de información por lo que era necesario acometer un proceso de actualización de las soluciones de gestión que debieron incorporar nuevas funcionalidades para dar respuesta a las nuevas necesidades. Y fue necesario hacerlo en un tiempo récord pues los detalles de la norma se facilitaron casi en el último momento a través de una Orden Ministerial.

Los plazos fueron poco flexibles. El sí o el no al RECC debía comunicarse en el mes de diciembre anterior al ejercicio en el que empezaba a surtir efecto. La renuncia además era vinculante por un período de tres años.

Para decir que no, sobraban los motivos

El escepticismo fue la tónica dominante entre pymes y autónomos, desde la misma entrada en vigor del nuevo IVA de Caja. Un escepticismo motivado por la tardanza en explicar los detalles de la norma, porque era una medida que no terminaba de quedar clara, porque los mensajes fueron confusos, porque hubiera sido necesario establecer plazos más amplios para asimilar los cambios que proponía. Los requisitos formales que se establecían para adherirse al nuevo marco regulatorio, como no superar los 2 millones de euros de facturación o no superar los pagos anuales en efectivo por valor de 100.000 euros terminaron por dar al traste con un sistema que pretendía ser más justo para todos.

En cualquier caso, la evidencia la presentan los datos oficiales sobre las cifras de adhesión. Y de los 2,3 millones de empresas y autónomos que podrían haberse beneficiado del famoso RECC, únicamente 22.090 empresas y autónomos, han dado el paso. Por lo tanto, aunque el RECC nació en respuesta a una de las principales reivindicaciones de pymes y autónomos que habían visto agravada su situación económica por tener que asumir el ingreso de un impuesto, que podrían llegar a cobrar mucho tiempo después, lo cierto es que hoy por hoy, se puede decir, como aseguran desde Datisa, que ha fracasado en su primer intento.

Lejos de la crítica, el fabricante asegura que, una vez pasada la primera “prueba” lo importante es analizar cuáles son las principales áreas de mejora para proponer nuevos planteamientos que realmente lleguen a la consecución de los objetivos previstos inicialmente. En esta línea, Isabel Pomar, directora comercial de DATISA, explica que “hay que intentar reconducir el sistema fiscal para, en efecto, poder paliar los problemas de liquidez que vienen arrastrando estos colectivos. Darles la posibilidad de ingresar el IVA devengado una vez lo hayan cobrado, es sólo uno de los muchos caminos. Sin embargo, creo que cualquier cambio metodológico que quiera introducirse, debe apostar por la sencillez en los procesos, la facilidad y la no “invasión” ni en los procedimientos ni en las obligaciones”, concluye.

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Laura del Rio

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