Arla Foods ha participado como ponente en el XIII Foro Nacional del Transporte, celebrado el pasado día 13 de marzo, exponiendo la aplicación de la decidida política de sostenibilidad en el transporte que realiza entre las granjas y las plantas de procesamiento.
Peter Sorensen, director In-bound Transport and Logistics de Arla Foods, explicó durante su exposición que “la estrategia de la compañía en este aspecto tiene dos pilares fundamentales: medidas de management y educación de los conductores y monitorización de los neumáticos en los vehículos”.
En el primero de los casos, se realizan cursos específicos para el conocimiento de los camiones utilizados y conducción económica, entre otras materias. Algo que no sólo ha dado resultados óptimos, reduciendo accidentes, consumo de combustible y emisiones de CO2 a la atmósfera, sino que, al implicar a los propios trabajadores en la política de la empresa, ha incrementado el índice de satisfacción de los mismos de un 65% a un 85%.
En cuanto al uso de materiales y sistemas de monitorización, Arla tiene un acuerdo con Bridgestone que incluye inspecciones trimestrales para comprobar la presión óptima, también controlada constantemente por sensores (TPMS), que, en caso de detectar una presión por debajo del 80% de la recomendada envía una alarma para su inmediata revisión. “Cada 6% por debajo de la presión óptima, el consumo de combustible aumenta alrededor de un 1%. Parece poco, pero en la suma de los mercados de Arla Foods donde se está usando este sistema (Dinamarca, Suecia y el Reino Unido), ese porcentaje en 950 camiones se traduce que en 1.200 toneladas de CO2”.
El próximo objetivo de Arla Foods en este sentido es empezar a usar el sistema TPMS en otro de los principales mercados de la firma, como es Alemania, donde también se implementará el sistema de management y educación de empleados. En esta segunda materia se incidirá también especialmente en la infraestructura de la compañía en el Reino Unido.
“Estamos hablando de un ahorro de 6.000 toneladas de CO2 al año en el transporte de las granjas a los centros de procesamiento”, concluye Sorensen.