Cuando uno acude a su banco a pedir un crédito, éste quiere saber si eres de fiar. Para ello, y según la web finanzasparatodos.es, nos pedirán información sobre nuestro sueldo, estabilidad laboral, patrimonio, situación familiar, créditos concedidos y, sobre todo, si somos morosos.
En España existen cerca de 130 empresas que elaboran registros de impagos, según infomorosos.com. Aparecer en uno de ellos no sólo implica problemas para conseguir un crédito, también para la contratación de servicios como la telefonía, la luz o el seguro. Y es que quien entra en estos registros tiene complicado salir. El denunciante debe comunicarles cuando la deuda está saldada, lo que no ocurre casi nunca. Se puede denunciar en los juzgados y el fichero deberá responder en 10 días.
En el caso, de que no se denuncie, el ‘moroso’ puede seguir ahí hasta seis años, período que como máximo le pueden dejar en los ficheros. O lo que es lo mismo, aunque ya no tenga deudas pendientes, en su historial pondrá que usted en algún momento de su vida no fue un buen pagador. Los encargados de gestionar estos ficheros deben notificar al moroso su inclusión, por ley, pero tampoco es siempre así. Así que si quieres averiguar si estás en una lista negra, lo mejor es hacerlo uno mismo.
Los registros usados por bancos y empresas son CIRBE, la Central de Información de Riesgos del Banco de España, ASNEF, el listado de morosos por antonomasia, BADEXCUG, consultado por multitud de organización más allá de los bancos y FIJ, donde una multa de tráfico y cuentas pendientes con la Administración Pública pueden hacerte caer en el Fichero de Incidencias Judiciales. Por último, el más importante para los autónomos, el RAI o Registro de Aceptaciones Impagadas, que incluye a empresas y autónomos morosos a partir de impagos de 300 euros.