La idea surgió en 2013 después del festival de música de Bangalore. Dos jóvenes indios de 26 años, Raj Desai y Pratik Agarwal, se dieron cuenta de la gran cantidad de basura que se arroja a los contenedores a diario. Se propusieron recompensar a las personas por librarse de los residuos y para ello idearon un cubo de basura que premia con 15 minutos de Wi-fi gratis a las personas que arrojaban algo en su interior.
Este bote cuenta con un coste de unos 1.470 dólares y dispone de una pantalla LED y una altura de 1,37 metros. En el momento en que se tira algo en su interior la pantalla muestra un código que permitirá acceder a Internet durante un cuarto de hora. El servicio sólo funciona en un radio de 50 metros.
La iniciativa, ThinkScream, se asoció con una compañía de telecomunicaciones y se estrenó en un festival de música con seis contenedores inteligentes. Desde ese momento han recibido el interés de empresas privadas e instituciones.
ThinkScream cuenta con dos maneras distintas de facilitarle Wi-Fi a sus clientes. El servicio estrella se presta en 60 salas de cine de Mumbay, donde tienen la posibilidad de usar el Wi-Fi para pedir comida y que se la entreguen en los asientos. También han trabajado de manera directa con organizadores de festivales de música para proporcionar a los asistentes una conexión a internet.