La irrupción de la COVID-19 supuso un impacto en el modelo de gestión sanitaria que trajo consigo un profundo debate de los modelos vigentes en nuestro sistema. La sobresaturación de los centros sanitarios salud sirvió para visibilizar la importancia de la salud mental y su bienestar, fuertemente impactados por la ansiedad, el estrés y la incertidumbre de los momentos más duros de la pandemia, especialmente difíciles en todos los espacios vinculados a la salud. Una vez pasada esa fase más crítica, la prioridad de hacer de estos espacios lugares más confortables, tanto para los profesionales sanitarios como para los pacientes, se ha convertido en una cuestión todavía más importante que en el período prepandemia.
En este contexto, ISS, empresa líder en gestión del workplace e integración de servicios, ha desarrollado el proyecto Bienestar Sanitario: un concepto que pretende trascender el ámbito estrictamente asistencial para fijarse en cómo se puede mejorar la salud, experiencia y seguridad de pacientes y profesionales desde actuaciones no asistenciales, como la humanización, el diseño de los espacios o el trabajo de los servicios de limpieza o mantenimiento. Para profundizar en torno a este concepto, ISS organizó una jornada de debate para reflexionar con algunos de los principales responsables del Área de Gestión Sanitaria Norte de Málaga, el Servicio Madrileño de Salud, el Servicio Madrileño de Salud, el Consorci MAR Parc Salut de Barcelona, el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana, el Hospital de Cruces y el Hospital Universitario de Navarra y en donde se recogieron las siguientes conclusiones.
Índice de temas
La humanización de los equipos
Uno de los pilares en los que se sustenta el concepto desarrollado por ISS del Bienestar Sanitario es la humanización en los entornos sanitarios, que debe ir más allá de la práctica asistencial y apoyarse en la formación y especialización de los distintos equipos que conforman el espacio sanitario, entendidos como partes de un todo. Estos equipos pueden pertenecer tanto a instituciones o empresas públicas como privadas, con culturas corporativas diferenciadas, y desarrollan actividades de muy diversa índole, prestando servicios de mantenimiento, limpieza, de atención médica y cuidados de enfermería, etcétera. Por todo ello es fundamental que haya una buena comunicación, coordinación y cooperación para que se dé una verdadera sinergia entre los diferentes profesionales asistenciales y no asistenciales en beneficio del paciente.
La clave para que se implemente esta humanización en los diferentes equipos se encuentra, por tanto, en invertir en una formación que sea continuada y transversal, que no solo trace las competencias y procedimientos a seguir de cada uno, sino que además fomente ese espacio común de humanidad. Una formación regida por estrategias con doble vertiente, tanto técnica como humanista, que haga la estancia en el centro sanitario mucho más llevadera.
El bienestar de los trabajadores
Otro de los factores que se han abordado durante el debate es la importancia de no olvidar el cuidado del bienestar de los equipos asistenciales y no asistenciales que trabajan en el centro sanitario. La emergencia sanitaria ha puesto sobre la mesa la relevancia que tiene fomentar una buena salud emocional para el desarrollo de la actividad sanitaria, sobre todo en mitad del caos de la primera ola.
Con el objetivo de no olvidar este legado, los centros de salud deben disponer de espacios como áreas de descanso habilitadas para sus trabajadores o servicio 24 horas con psicólogos y psiquiatras, políticas que se introdujeron durante el estallido de la pandemia y que deberían permanecer en esta nueva realidad postpandemia.
La importancia de la tecnología
Las innovaciones tecnológicas han sido otro de los aspectos que han demostrado ser muy útiles tras la bajada de contagios por COVID-19, sobre todo en los centros de salud. La tecnología es una herramienta que ha facilitado el control de los parámetros sanitarios durante la pandemia y, actualmente, tras la bajada de tensión, supone una oportunidad no tanto de control como de gestión. Así, la monitorización de los sistemas de ventilación, la medición de la temperatura ambiental o la geolocalización de los pacientes son algunos de los ejemplos que plasman cómo los distintos dispositivos optimizan el desarrollo de la actividad sanitaria, generando seguridad y certidumbre tanto a los profesionales como a los pacientes y sus familiares.
La recuperación de los pacientes
El hecho de sentirse cómodo mientras dura la estancia en el hospital es un elemento muy importante para la recuperación de los pacientes. Atender a detalles tanto de diseño como de gestión, como el esfuerzo por que haya luz natural o la reducción de algunas señales sonoras procedentes de los aparatos de monitorización, inciden directamente en el bienestar del paciente. En este sentido, una de las principales conclusiones obtenidas del debate organizado por ISS es que el primer factor que los pacientes valoran como indispensable es que los espacios sanitarios sean amplios y luminosos, seguido de que puedan disponer de habitaciones individuales y de que haya confort tanto térmico como acústico en las instalaciones. Todo, con el deseo de que, en un entorno que en ocasiones puede ser poco amigable, puedan sentirse como en casa.