Cómo y cuándo solicitar un préstamo con garantía hipotecaria

El acceso a financiación sigue siendo uno de los grandes problemas de buena parte de la población española

Publicado el 22 Ene 2021

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El acceso a financiación sigue siendo uno de los grandes problemas de buena parte de la población española. Sin ese colchón financiero no se pueden afrontar proyectos de gran calado, como la compra de una vivienda, que es el más habitual, pero también la aceptación de herencias o la reunificación de deudas.

Un vehículo muy habitual para conseguir grandes sumas de dinero suele ser el préstamo con garantía hipotecaria, que no es lo mismo que una hipoteca. Aunque en términos legales ambos productos son iguales, la realidad muestra que a nivel financiero no es exactamente lo mismo, pues la hipoteca se utiliza para la compra de inmuebles y el préstamo con garantía hipotecaria se suele cubrir para otras necesidades como las comentadas anteriormente.

¿En qué consiste un préstamo con garantía hipotecaria?

Un es un crédito que conceden entidades financieras o de crédito y en el que la persona que recibe esta cantidad de dinero, el prestatario, responde con su vivienda como aval, para hacer frente al imago del crédito.

La fórmula para acceder a este vehículo financiero se basa en tener una vivienda en propiedad, o bien contar con una hipoteca con poco capital pendiente. Muchos consumidores ven en esta vía una solución interesante para conseguir financiación en circunstancias concretas, como hacer una reunificación de deudas, aceptar una herencia sin ahorros o bien comprar una casa tras una separación.

Es muy frecuente que familias o personas que ya han cubierto sus obligaciones de pago con una hipoteca previa, o estén a punto de ello, se interesen por los préstamos con garantía hipotecaria, pues ya han demostrado suficiente compromiso de pago y su bien patrimonial, la vivienda o haber cubierto el pago de gran parte de ella, es garantía suficiente para conseguir esta ayuda.

Hipotecas al 80%, la máxima más repetida por parte de las entidades financieras

Hasta el año 2020, con la llegada de la pandemia, España había logrado recuperarse de una importante crisis financiera y económica que había afectado por un periodo de años, desde el 2008 hasta bien entrada la siguiente década.

Esta crisis vino motivada en gran parte por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y tuvo consecuencias muy negativas a nivel de empleo. En el ámbito de la financiación, muchas entidades cambiaron su política de actuación en la concesión de préstamos hipotecarios, pasando de entregar el 100% de la cantidad solicitada para la compra de una vivienda a solo el 80%.

Esta dinámica se mantiene en la actualidad y sigue siendo muy frecuente no tener ahorros suficientes a la hora de pasar del alquiler a la compra de una vivienda o los supuestos ya citados, de ahí que estos préstamos con garantía hipotecaria sean vistos como una solución interesante cuando se puede acceder a ellos.

¿Qué características tienen los préstamos con garantía hipotecaria?

Aunque tienen cierto parecido con las hipotecas, los préstamos con garantía hipotecaria son diferentes a las hipotecas. Su tipo de interés suele ser más alto, pues el coste ronda entre el 11 y el 16% TAE. Incluyen comisiones y gastos de gestión, pero con ellos las entidades no obligan, ni invitan, a contratar productos asociados como seguros.

Por lo general, la cantidad de dinero que se concede puede alcanzar los 300.000 euros y el tiempo de devolución oscila de los 15 a los 20 años. Los periodos de carencia también aparecen como opción, y por largos periodos de tiempo, por hasta cinco años en algunos casos. No obstante, esta práctica no es aconsejable siempre que exista la opción de no acudir a ella, pues la consecuencia directa es el aumento del coste del crédito en el tiempo.

Los requisitos para contratar este vehículo financiero implican tener una vivienda en propiedad que actúe como aval, esté completamente pagada y libre de cargas, o al menos su pago se haya cubierto en un 70-80%; y ser mayor de edad. Este último punto puede variar en función de algunos intermediarios financieros, que sitúan esa horquilla de edad entre los 21 y 25 años, y de ahí para arriba.

Hipoteca y préstamo con garantía hipotecaria son fórmulas financieras que se asemejan, pero no son completamente iguales en su funcionamiento, pues con la segunda se pueden cubrir otras necesidades, lo que aumenta las posibilidades de actuación.

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Redacción TICPymes

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