Actualmente, las empresas se enfrentan a las mismas dificultades en cuanto a la gestión, comunicación e integración de los equipos de trabajo, el aprovechamiento de los recursos, la colaboración, etc. Y cada vez son más los directivos que se decantan por nuevas políticas de gestión, nuevas estrategias para mejorar el rendimiento corporativo, que consisten en aplicar una dirección empresarial más inteligente.
La Gestión del Rendimiento Corporativo (CPM) se compone de una serie de métodos y medidas, enfocados a dirigir y evaluar el rendimiento de una organización.
¿Para qué necesitamos mejorar el Rendimiento Corporativo?
Hay que aprovechar al máximo los recursos para cumplir los objetivos y conseguir ser más competitivos. A través de una buena gestión del rendimiento corporativo, lo conseguiremos. Para ello, se hace necesario contar con una buena Estrategia de Planificación, unos elementos que nos ayudarán a tomar decisiones de una manera más rápida y eficiente.
Es necesario identificar quiénes somos, qué queremos y hacia dónde queremos orientar nuestros objetivos (visión, misión y valores). También es importante tener perspectiva para organizar y agrupar los objetivos estratégicamente.
Por supuesto, es necesario dibujar un mapa con nuestros objetivos, la relación entre ellos y el seguimiento de su cumplimiento mediante indicadores. Estos indicadores serán asociados a metas para el mejor control de los objetivos marcados.
Mediante los informes podremos controlar cómo van esos objetivos y tomar las decisiones adecuadas para la organización de las tareas. Las tareas y su seguimiento se organizarán en etapas, en planes de acción para conseguir los objetivos marcados previamente.