Matar al mensajero, o mejor dicho al tuitero, no es la solución a los comentarios que desencadena una noticia polémica en la red. Y es que según considera Juan Merodio una de las principales voces de nuestro país en Redes Sociales, Web 2.0 y Marketing on Line, altercados como los de Lord Alistair McAlpine (antiguo tesorero del Partido Conservador británico y asesor de la primera ministra Margaret Thatcher acusado de haber abusado de una docenas de menores en los años setenta el informaciones que después se demostraron falsas) y que ahora exige compensaciones económicas a varios miles de tuiteros que se hicieron eco de la noticia sin ser cierta, roza el surrealismo. “Querer dar un castigo ejemplar a ciudadanos que simplemente se hacen eco de informaciones y expresan su sentir al respecto a través de las redes sociales no es justo. Bien es cierto que uno antes de lanzar un tweet, y más cuando se trata de un tema delicado como el abuso de menores, debe comprobar si es cierto o no, pero por otro lado querer castigar económicamente a los usuarios de la red o demonizar el impacto de las redes sociales no es la solución”, dice Merodio.
Y para ello Juan Merodio pone el símil de la Red como el patio de vecinos de toda la vida. “Las redes sociales para bien y para mal hacen correr como la pólvora las noticias y en algunos casos se puede hacer daño a terceros si lo que se difunde no es cierto y roza la difamación, pero criminalizar y penalizar con una multa a alguien que retuitea un link o se hace eco de un comentario, no es la manera de tratar un problema. Es como si en un patio de vecinos se penalizara económicamente a cada inquilino de la comunidad que comenta que se ha enterado o que comenta tal o cual noticia”.
Por último, el experto recuerda que las redes sociales son el canal de comunicación de las personas, un nuevo medio que permite que todos podamos expresarnos y decir lo que pensamos con la libertad que el medio posibilita. “Estos días está en boca de todos el caso de Pablo Herreros y La Noria donde ahora Telecinco casi un año después le acusa de haberles producido una daño en su imagen y le piden responsabilidades por una opinión expresada en Twitter, algo totalmente ilógico. Hay que acostumbrarse a ver a Internet como el mejor canal para la libertad de expresión de las opiniones democráticas y no como el medio con el que controlar, querer llevar la razón o sacar partido económico por ello”, finaliza Juan Merodio.