Los paisajistas ya no están de moda, pero ahora podemos tener el Easy Bloom, un sensor con forma de margarita que se coloca sobre cualquier terreno en donde almacena información durante 24 horas y después se conecta al ordenador mediante un puerto USB para decirle al usuario qué plantas debe plantar en el lugar donde ha estado reposando.
Detecta la humedad del terreno y la cantidad de luz que recibe ese espacio y lo coteja con datos meteorológicos del día en el que ha estado midiendo las variables para corregir los valores, por ejemplo, si el cielo está nublado. El resultado, para el usuario, es una lista de plantas que pueden germinar y crecer con fuerza en ese lugar. Funciona también en interiores y el sensor cuesta 60 dólares -50 euros-.
Fuente: El mundo