Ya sea en los procesos de atención al cliente, o en los entornos comerciales, contables, financieros o productivos, las pymes buscan el equilibrio entre la máxima cantidad y calidad de los servicios y soluciones que ofrecen y el mínimo coste aparejado a su desarrollo, comercialización, distribución o soporte. O, al menos, pretenden dibujar un mapa en el que se empleen solo los recursos justos y necesarios.
Para lograr este equilibrio entre la excelencia en la propuesta y la contención, minimización u optimización de los recursos empleados, desde Datisa apuntan a la necesidad de evaluar, analizar y corregir -si procede- y volver a definir, si es necesario, las políticas corporativas para que toda la compañía esté alineada para eficientar la gestión de sus recursos.
Isabel Pomar, CEO de Datisa dice que “siendo flexibles para orquestar la reestructuración de sus procesos, operaciones, estrategias y políticas será más fácil conseguir algunos objetivos de eficiencia como la reducción de los costes, también la minimización de los tiempos de respuesta y time to market, la optimización de la calidad de la oferta y, en términos generales, será más fácil disponer de un mayor control sobre la operativa, al disponer de más y mejor información”.
La eficiencia operativa no solo consiste en emplear los recursos justos para la elaboración y presentación de las propuestas comerciales. Dicen los expertos de la firma española que este año celebra su 40º aniversario, que una empresa eficiente es también una organización que apuesta por la rapidez, por la flexibilidad, y por la transparencia.
Y, para alcanzar la velocidad y la elasticidad que demanda el mercado para ser más eficiente, el papel que desempeña la tecnología es determinante. En concreto, dicen desde Datisa que los sistemas de gestión de recursos empresariales ERP se encuentran entre las primeras opciones de las pymes que buscan mejorar su operativa. Y, esto es así, fundamentalmente por la importancia que tienen los datos en el funcionamiento diario de la organización. Y, por supuesto, la información y el conocimiento que se deriva de ellos.
En este sentido, Isabel Pomar asegura que “las pequeñas y medianas empresas ponen en valor la cantidad y calidad de la información que aportan los ERP, también su capacidad para consolidar esos datos, compararlos y “cruzarlos” con informaciones paralelas o complementarias. El acceso sencillo y seguro y su almacenamiento en un repositorio centralizado para evitar los temidos silos, evita que los datos se dupliquen, que aparezcan fuera de contexto o desactualizados”.
Esta facilidad que proporcionan los ERP en el acceso, almacenamiento y tratamiento de la información es también una garantía de seguridad y de velocidad y, por ende, un impulso permanente para hacer que procesos, tareas y operaciones sean más eficientes y, con ello, que equipos, departamentos y áreas funcionales operen bajo la máxima de la eficiencia operativa y estructural.
