La situación de confinamiento generada por el coronavirus nos está dejando instantáneas habituales en redes sociales con hogares hiperconectados. Familias teletrabajando, padres y madres ayudando a sus hijos a realizar las tareas escolares en plataformas online, reuniones familiares para el aperitivo de los domingos a través de videollamadas, fotos y audios a los más mayores de la familia a través de las diferentes apps de mensajería instantánea…
Sin embargo, en España existe una brecha digital que está dejando atrás, principalmente, a uno de los colectivos más vulnerables de la pandemia: las personas de la tercera edad.
Se trata de una generación cuyas habilidades para aprovechar las oportunidades que brinda la transformación digital, son relativamente más bajas que las de los grupos más jóvenes. Y para quienes el escenario de aislamiento de la pandemia ha supuesto un reto y una evidencia de las diferencias en la comunicación intergeneracional a través del móvil.
Esta es una de las principales conclusiones que se desprenden del estudio Hábitos en el uso del móvil en las familias (enero 2021), elaborado por Durcal, la nueva app para el cuidado de las personas mayores e intrafamiliar a distancia. Según el estudio, el 64% de la población española mayor de 70 años echa en falta una herramienta “adaptada” que facilite la comunicación con sus familias.
Ésta y otras cifras del estudio ponen de manifiesto las carencias de una parte de la población española a la hora de acceder o usar las tecnologías digitales impidiendo que estos puedan aprovechar los beneficios que brindan los avances de la digitalización.
Comunicarse a través del móvil: un reto para los más mayores
En el estudio, realizado a partir de una muestra de tres grupos de edad (abuelos/hijos/nietos) se desprenden los problemas habituales de los más mayores a la hora de usar las principales herramientas de mensajería móvil (Whatsapp). En concreto, más de la mitad de los mayores no cree que le resulte totalmente fácil el uso de Whatsapp (el 18% de los ancianos reconoce dificultades durante el uso de este tipo de aplicaciones, de manera recurrente).
Más aún, estos problemas se acrecientan a partir de los 80 años. En esta franja de edad, seis de cada diez mayores afirman tener problemas con al menos una de las funciones más habituales (enviar mensajes, imágenes, notas de voz…).
Si analizamos el estudio desde la perspectiva de los más jóvenes de la familia, se reafirma esta dificultad de los mayores. Así, el 70% de los nietos creen que sus abuelos tienen problemas para ver las fotografías que les envían a través de apps de mensajería. Esta cifra asciende al 84% si hablamos del seguimiento en RRSS, donde la mitad de los ancianos entrevistados no sigue a sus hijos y nietos. En este sentido, los tres grupos encuestados concluyen que las actuales apps de mensajería móvil no están adaptadas a las habilidades tecnológicas de los mayores y que, por tanto, no facilitan la comunicación intrafamiliar.
Es en este escenario donde surge Durcal, como una alternativa a las opciones de mensajería tradicionales, conectando a las familias y rompiendo barreras en el cuidado a distancia de los ancianos, de una manera más sencilla e intuitiva. La nueva herramienta se presenta como el nexo que facilita la comunicación y protección intrafamiliar mediante la tecnología, con interfaces adaptadas según el tipo de perfil familiar (avanzado/simple) y con la geolocalización entre sus funcionalidades principales.
La idea de crear la app surge de Guillem Viladomat, fundador y CEO de Durcal, cuando vio que las opciones para cuidar de su abuela no cubrían las necesidades reales que la familia necesitaba. “Ella quería envejecer en su propia casa, con los suyos, sin tener que invertir una gran cantidad de dinero en sus cuidados.El derecho a elegir cómo queremos envejecer es una elección fundamental que no debería estar solo al alcance de unos pocos y el mercado actual no contempla alternativas suficientes a las soluciones más tradicionales”, explica Guillem.
La soledad de los mayores durante periodos de aislamientoEn este contexto de aislamiento social y familiar, la mitad de los hijos reconoce sufrir por no poder prestar el mismo grado de atención a sus mayores, que cuando podía visitarlos sin restricciones. Desde la perspectiva de los mayores, el 50% de los ancianos reconocen haber añorado a sus nietos durante el confinamiento. Como curiosidad, los abrazos es el elemento común que más han añorado tanto jóvenes, adultos y ancianos durante estos meses. El sentimiento de soledad de los mayores durante la Covid-19 queda reforzado con la información de que casi la mitad de los mayores (52%) no está en el grupo familiar de Whatsapp. Una desconexión que llega hasta el 63% a partir de los 85 años. No obstante, sí se aprecian diferencias entre las diferentes generaciones. Mientras los abuelos con grupo de Whatsapp afirman enviar entre un mensaje al día y más de un mensaje a la semana, hijos y nietos ofrecen una fotografía diferente: 14 de cada 100 comunican algo a sus familiares cada día y solo 40 de cada 100 lo hacen al menos una vez a la semana. Un dato revelador de la sensación de aislamiento por parte de los mayores es su necesidad de hablar diariamente: el 68% de los ancianos reconoce la necesidad de hablar, al menos, una vez al día con sus familiares a través del móvil. Las fotos: el contenido que más estrecha lazos entre las familias En estos momentos de distancia con nuestros familiares más mayores, el envío y recepción de imágenes se convierte en un mecanismo de acercamiento. A la pregunta de ¿con qué frecuencia sus nietos le han enviado fotos?, el 60% de los encuestados manifiesta no haber recibido entre ninguna o casi ninguna foto de sus nietos. Esta realidad, también es reconocida por los nietos: casi la mitad de los nietos afirma que pasa más de un mes del envío entre imágenes a sus abuelos.En este caso, sí se aprecia una diferencia por géneros y también por zonas geográficas. Existe una clara tendencia entre las chicas a estar pendientes de sus abuelos. Mientras que sólo dos de cada diez chicos llaman, como mucho, una vez al mes; las chicas, al menos en lo que se refiere al envío de fotos, están más pendientes de sus abuelos: una tercera parte le envían alguna entre diariamente y varias veces a la semana. “La app tiene el objetivo de hacer a los mayores más felices, es por esto que está adaptada para ellos, para que puedan ver las fotos que les envía su familia de una forma sencilla e intuitiva”, apunta Viladomat. Porque las fotos sí dan felicidad y compartir tus momentos con ellos les hace felices.