La Cámara de Comercio de Madrid, CEIM y la Consejería de Economía y Hacienda han presentado el estudio La empresa familiar en la Comunidad de Madrid, en el que analiza su compleja realidad, sus características relevantes, así como los retos, oportunidades y condicionantes de cara al futuro.
La empresa familiar juega un importante papel como agente dinamizador en la mayor parte de las economías actuales, llegando a representar, por término medio, el 60% del total de empresas por país.
A este respecto, la economía madrileña no es una excepción, ya que el estudio refleja que el impacto de la empresa familiar en la región es de un 63%.
El estudio señala el significativo peso de la pequeña y mediana empresa familiar como una de las características destacadas de este conglomerado en la Comunidad de Madrid, lo que no hace sino reproducir el carácter predominante de las pymes en el contexto europeo, español y madrileño.
Según el estudio, las preocupaciones propias de las empresas familiares varían en función de la generación en la que se encuentren, existiendo en todas ellas un denominador común, el deseo de perdurabilidad. Esta vocación de continuidad supone afrontar en el día a día y como ocurre en el resto de empresas, el reto de la competitividad. Pero también, y ya a más largo plazo, el del relevo generacional.
En relación a la competitividad, CEIM considera que las empresas familiares madrileñas deben llevar a cabo las siguientes líneas de actuación: alcanzar una mayor dimensión de sus organizaciones; la exploración de nuevas áreas de actividad; la expansión geográfica; acometer un proceso de profesionalización de la gestión y apostar por la cultura de la innovación y las nuevas tecnologías.
Sobre el relevo generacional, una de las conclusiones del estudio es precisamente que en la Comunidad de Madrid tan sólo una de cada cinco empresas logra perdurar en la tercera generación. Por tanto, la sucesión debe ser un proceso que debe de estar siempre presente en la mente del empresario, para que pueda ser organizado y planificado con tiempo suficiente y se acometa de forma gradual.
Para CEIM, las empresas familiares tienen un importantísimo papel que desempeñar en la salida de la crisis, ya que su cercanía con la economía real, sus valores inspiradores de sacrificio, esfuerzo y lealtad son una garantía de su desarrollo y del progreso económico y social de todos los madrileños.
En términos generales, son empresas que tienen menor apalancamiento financiero. Las empresas familiares suelen ser reacias a acudir a la financiación externa, lo que, si bien limita sus posibilidades de crecimiento, minimiza las tensiones financieras que en la actualidad sufren muchas empresas. Sus estructuras son más flexibles lo que les permite una más rápida toma de decisiones.
Además, tienen un profundo conocimiento del mercado en el que operan y muestran un fuerte compromiso con sus clientes, proveedores y trabajadores, lo que les hace tener una tendencia natural hacia la excelencia.
