Según AsiaInspection, empresa especializada en el Control de Calidad de productos importados desde Asia, África y recientemente desde el sur de Europa, el 33% de los bienes del mundo son “Made in China”.
Ante este continuo crecimiento de la presencia del país asiático y de sus exportaciones, el estudio realizado por AsiaInspection desvela que el número de auditorías en el país se ha incrementado en un 12,5%. Además, otros países vecinos también han experimentado un crecimiento significativo en el número de inspecciones a fábricas, siendo de un 33% en Vietnam y Tailandia y de un 15,6% Bangladesh.
“A pesar de este incremento en las inspecciones, aún sigue siendo necesario incidir en las auditorías sociales”, explica Alex Makow, Director de AsiaInspection para Europa. “Recientes casos como el derrumbe y el incendio de dos fábricas en Bangladesh y la noticia de tres casos de suicidio en la reincidente fábrica Foxconn, ponen de manifiesto que las condiciones laborales siguen sin ser las apropiadas, ya que muchas de estas fábricas no cuentan con las condiciones mínimas requeridas”.
Makow insiste en que “es imprescindible realizar no sólo inspecciones de producto, sino también auditorías sociales que consisten en examinar exhaustivamente que no se den casos de trabajos forzados, mano de obra infantil, condiciones de insalubridad… Además, comprobamos las instalaciones, corroborando que dispongan de sistemas contra incendios, una instalación eléctrica adecuada, y un buen tratamiento de productos tóxicos, así como maquinaria pesada”.
No sólo es importante la calidad final de cualquier producto, también lo es el llevar a cabo todo el proceso de fabricación bajo unos requisitos mínimos y evitar, de esta manera, que la marca se vea envuelta en sucesos negativos que pongan en entredicho el buen hacer de la enseña.