El turismo rural en España ha mejorado notablemente sus cifras de ocupación a lo largo del mes pasado con respecto al año anterior. Las pernoctaciones en alojamientos de turismo rural presentan un aumento anual del 10,6% en noviembre. Las de residentes suben un 11,8% y las de no residentes un 4,0%. Estos alojamientos tienen un nivel de ocupación del 9,7% de las plazas, con un aumento anual del 7,5%. El grado de ocupación en fin de semana se sitúa en el 21,9%, con una subida del 8,6%, según las estadísticas que elabora la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) a partir de los datos que proporciona el Instituto Nacional de Estadística.
Este sector, que cuenta con más de 15.786 establecimientos y que genera empleo para más de 22.637 personas, se encuentra en una de las peores situaciones desde el inicio de la crisis. “Aunque el tesón de los autónomos que gestiona estos establecimientos sigue manteniendo estable la contratación aún a coste propio, ya que han descendido los precios en torno al 2%”, explica el secretario ejecutivo de Política Sectorial de UPTA, César García. El Índice de Precios de Alojamientos de Turismo Rural (IPTR) registra un descenso del 1,7% en noviembre. La tarifa fin de semana, que supone el 73,6% del peso total, baja un 1,9%.
“El 2012 ha encendido todas las alarmas en el sector porque han caído todos los indicadores, el número de estancias, los visitantes, los precios… el negocio está siendo insostenible para muchos autónomos del sector”, asegura García.
“Desde UPTA España y AUTURAL, llevamos pidiendo desde hace muchos años medidas específicas de apoyo a este sector, como una fiscalidad acorde a su particularidad o la puesta en marcha de la cotización en el RETA a tiempo parcial, medida esta última que debería entrar en vigor el próximo 1 de enero de 2013 pero que el Gobierno ha retrasado, por el momento hasta el 1 de enero de 2014″, apuntan desde la Organización.
Por otra parte, UPTA y AUTURAL siguen reclamando un Plan de Promoción del turismo rural en el ámbito internacional. “Ha quedado demostrado que al menos a corto plazo sólo la ocupación por parte de extranjeros puede salvar la oferta de este sector turístico, siempre que se conozca y se difunda”, aclara García.