¿Es más rentable pagar la sanción que cumplir con la limitación del efectivo?

La multa es sólo del 25%, frente al 48% que se llega a deducir por IVA e Impuesto de Sociedades.

Publicado el 12 Abr 2012

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Los Técnicos de Hacienda (GESTHA) creen que la limitación de los pagos en efectivo a partir de 2.500 euros “es un primer paso pero se quedará corto en su objetivo de reducir la economía sumergida, ya que la multa máxima del 25% del importe desembolsado implica que seguirá siendo más rentable defraudar que cumplir con las obligaciones fiscales”.

En este sentido, el colectivo teme que la medida resulte poco eficaz para terminar con las bolsas de fraude que habitualmente utilizan billetes de 500 euros (el instrumento idóneo para saldar operaciones al margen del Fisco) como son las tramas de facturas falsas o falseadas, el fraude carrusel en el IVA y el vaciamiento patrimonial de las grandes empresas con destino a cuentas opacas a paraísos fiscales.

Sin embargo, generar facturas falsas para acometer este tipo de fraudes implica ahorrarse tanto el pago del Impuesto de Sociedades (que grava hasta un 30% del importe) como el IVA (del 4% al 18% en función del tipo aplicable), lo que supone un importe muy superior al del 25% que deberían afrontar como máximo en caso de ser ‘pescados’ por Hacienda. Además, el Ejecutivo ha dejado abierta la posibilidad de que existan sanciones intermedias inferiores incluso a la cuarta parte del importe desembolsado en efectivo, lo que en algunos casos haría que saliera todavía más a cuenta defraudar que cumplir con la legalidad.

La sanción elimina el delito fiscal

Por otro lado, los Técnicos consideran que “esta medida no acabará con el fraude de forma automática porque la imposición de una multa , al no existir una cuota defraudada, impide la imputación por delito fiscal, según el cual el defraudador estaría obligado a afrontar -además de la sanción- los pagos derivados del IVA, el Impuesto de Sociedades o el IRPF en el caso de un autónomo”.

Un límite generoso

Asimismo, Gestha señaló que pese a que finalmente la limitación del pago afectará también a las ventas minoristas, “el tope de 2.500 euros fijado por el Gobierno se quedará corto a la hora de reducir la tasa de economía sumergida, por lo que se debe ser más exigente contra el fraude y bajar el listón en el trámite parlamentario”.

El secretario general del colectivo, José María Mollinedo, ha explicado que “el límite anunciado es muy similar a la que aplica Francia, a quienes duplicamos en materia de economía sumergida, mientras que por el contrario países con una tasa de fraude similar a la nuestra, como Italia, han optado por fijar el tope en los mil euros”.

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Redacción TICPymes

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