Carmen Pérez, la jefa de producto de almacenamiento de Fujitsu, está de enhorabuena. Los ingresos por la venta de sistemas de storage crecerán este año entre un 17 y un 18%. Aunque los precios están a la baja, estamos ante un nicho de negocio que aguanta bien los embates de la crisis.
Para reforzar su presencia en este mercado, Fujitsu ha renovado su línea de Eternus DX, dirigida a las pequeñas y medianas empresas. En concreto, Fujitsu saca nuevas versiones (S2) de los dispositivos de disco Eternus DX60 (48 TB de capacidad), DX80 y DX90 (hasta 240 TB), que usan procesadores Xeon. Los equipos pueden ser adquiridos con discos de 2,5 o 3,5 pulgadas. Según Pérez, los discos de 2,5 pulgadas son muy demandados últimamente porque permiten meter más unidades en el mismo espacio, consumen menos energía y, al final, funcionan más rápido.
Los nuevos sistemas Eternus DX S2 reducen el consumo de energía de sus predecesores (los discos giran más despacio cuando no hay demanda, por ejemplo) y reducen al mínimo el espacio, al tiempo que simplifican la gestión. Además, aportan componentes redundantes, actualizaciones de firmware o cifrado de datos. Los modelos Eternus DX S2 aportan otra ventaja: su compatibilidad. “Eso quiere decir que las bandejas de disco más pequeñas pueden meterse en los sistemas más grandes”.
En cuanto a la seguridad de los datos, Fujitsu defiende que es total. “La integridad de los datos en cualquiera de los procesos queda totalmente garantizada, gracias a herramientas como la detección preventiva, la eliminación de errores de hardware y el sistema de controles cruzados. También protege la información sensible de accesos no autorizados, incluso al final de la vida útil de sistema”, asegura una nota de la compañía.
Asimismo, permiten el balanceo de carga y mezclar discos de diferentes clases, lo que es importante en pequeñas empresas donde todo el almacenamiento reside en un dispositivo. Carmen Pérez aseguró en la presentación de la nueva línea Eternus DX S2 que por el momento las pequeñas y medianas empresas españolas no se plantean el salto a entornos cloud de pago por uso. “La gran mayoría de empresas siguen teniendo su cabina de almacenamiento en sus oficinas, aunque el futuro está claro que pasa por la nube”.
