Exportar ladrillo para recuperar la economía

Según Eduardo Molet si exportar es la clave ¿por qué no exportar ladrillo?

Publicado el 08 Feb 2012

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España históricamente salía de la crisis devaluando la peseta para ser más competitivos y poder exportar, y ésta, que sería la fórmula más efectiva para sortear una crisis económica como la actual, no es posible con la entrada en el euro. Pero España tiene necesidad de exportar. Entonces, si exportar es la clave ¿por qué no exportar ladrillo?
Necesidad de esportar Según explica Eduardo Molet, consultor inmobiliario de entidades financieras españolas y extranjeras y fundador de Red Expertos Inmobiliarios, España tiene sobre todo dos grandes problemas: exceso de endeudamiento privado y público, y crisis del sector de la construcción. Vender los activos inmobiliarios de las costas españolas en el extranjero ayudaría a resolver estos gravísimos problemas: el de la deuda y el del sector inmobiliario, y, en consecuencia, del conjunto de la economía de España. En definitiva, se trata de que la vivienda contribuya a incrementar las exportaciones de España. Por ejemplo, algunos países de Asia no están sufriendo tanto la crisis económica global gracias a las exportaciones. Sin crecimiento no hay solución. Los ajustes y recortes para reducir el déficit son necesarios, pero no son suficientes si se quiere regresar a la senda del crecimiento eonómico, y las exportaciones son fundamentales para su recuperación. “Nos tenemos que convertir en un país exportador vendiendo en los mercados extranjeros la vivienda de segunda residencia de las costas y las islas españolas”, asegura Eduardo Molet. Ante la exigencia de los reguladores sobre los activos adjudicados: Pisos por debajo del 50% de su precio Según datos oficiales, actualmente hay 688.000 viviendas de obra nueva sin vender en España, y los bancos disponen en estos momentos de más de 200.000 activos adjudicados, muchos de ellos en la costa y en Islas Baleares y Canarias, y este es sin duda el mayor problema al que se enfrentan las entidades financieras. “Por eso falsean sus balances, para no caer en pérdidas. Muchas de estas entidades quebrarían si actualizasen el valor de estos activos. Los reguladores, con la reforma financiera, por fin les van a a exigir que actualicen estos balances, lo que obligará a bancos y cajas a sacar al mercado su oferta inmobiliaria, y para ello tendrán que hacerlo con descuentos de más del 50%”, explica Eduardo Molet. Necesidad de cambios Para ello son necesarios cambios políticos y legales. “Sheldon Adelson exige unos privilegios extraordinarios para invertir en un casino en España. Exige cambios para crear una ‘isla legal’ dentro de España y poder operar, y lo está negociando con la Comunidad de Madrid. Igual que en este caso concreto, los inversores extranjeros que quieren comprar en España quieren estabilidad y cambios, tanto legales como políticos, para garantizar su inversión. Y estos cambios tendrían que realizarse cuanto antes para hacer más atractiva la compra de su segunda residencia en España y atraer la inversión extranjera”, concluye el experto. La solución: crear ,arca en el exterior para las viviendas de segunda residencia en España y organizar ferias inmoviliarias en las principales capitales del mundo Además de la salida al mercado de los activos inmobiliarios de las entidades financieras a mitad de precio, se debería invertir en una campaña que permita vender en todo el mundo la vivienda que hay en stock en España. Según Molet, “el proyecto tiene que ser dirigido por el sector privado, y las autoridades deberían apoyar la iniciativa privada con el soporte de las embajadas para organizar Ferias Inmobiliarias en el extranjero, que permitan vender a bajo precio los activos de la costa a inversores de otros países, y si se les ofrece ventajas fiscales, se puede conseguir. La situación del país exige hacerlo rápidamente. Aquí la estacionalidad es fundamental, y la primavera verano el mejor momento para vender los activos de las zonas costeras”. Antes de la crisis, un apartamento en la costa podía alcanzar un precio de 150 mil euros. En los próximos meses se podría vender por 50 ó 70 mil euros. De este modo, concluye Eduardo Molet, “las entidades venderían sus activos y solucionarían el mayor problema que tienen, los particulares podrían vender antes y mejor sus viviendas, el sector turístico se reforzaría con un turismo de calidad (clima, sol, playas, atención sanitaria, seguridad, gastronomía, tenemos mucha experiencia en acoger al turismo…) y el de la construcción iniciaría su recuperación”.

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Redacción TICPymes

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