Es relativamente habitual que cuando realicemos fotografías nos encontremos con un resultado más o menos aceptable pero con cierta tonalidad, generalmente azulada o verde. Este resultado lo encontramos tanto en entornos con mucha luz, ya sea natural o artificial, o en sitios cerrados. El problema suele estar en el balance de blancos. Las cámaras fotográficas, ya sean de gama media o alta, tienen modos predefinidos de captura, cada uno de los cuales tienen asignado un balance de blancos predefinido. Las cámaras digitales al realizar una captura buscan un punto blanco de referencia a partir de cuál reproducen todos los colores. Si el punto de referencia que toma la cámara es erróneo, los colores del resto de la imagen salen desvirtuados. Generalmente, este problema se da cuando la cámara interpreta que está sacando una fotografía interior cuando es en exterior o viceversa. La solución está en corregir el balance de blancos. Si nuestra cámara cuenta con un control manual para corregir el balance de blancos, bastará con que situemos un folio o cartilla blanca delante del visor de la cámara y asignemos nosotros el punto de referencia más adecuado. En cada cámara esta operación se realiza de forma similar, aunque dependiendo del menú de cada una. Esta opción se suele localizar en el menú principal y se denomina WB (White Balance).
Fotografía: La importancia del balance de blancos
Tiene bien ajustado el balance de blancos en nuestra cámara permitirá que las capturas realizadas no ofrezcan distorsión en los colores.
Publicado el 03 Jun 2009
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