Según datos de la Organización Mundial de la Salud, casi 700 millones de personas no tienen acceso al agua apta para el consumo humano. La comunidad científica ha realizado numerosos estudios enfocados al tratamiento de pozos y acuíferos que presentan posibilidades de regenerarse, pero el problema principal es el alto coste que suponen estas acciones en la mayoría de los casos, por lo que no resulta una solución a corto plazo.
Investigadores de la Universidad de Cádiz han testado de manera exitosa un nuevo modelo de bajo coste basado en la exposición directa a la luz del sol de bolsas de plástico de gran capacidad, que consiguen mejores rendimientos en la eliminación de bacterias, causantes de enfermedades digestivas severas.
El estudio desarrollado ha confirmado la posibilidad de utilizar este recipiente en lugar de las botellas de PET, el material tradicional con el que se diseñan los recipientes utilizados en este tipo de procesos.
Las bolsas tienen una capacidad de 4 litros, frente al litro o litro y medio de los usados anteriormente, y están dotadas con asas que facilitan el llenado, transporte y almacenaje, especialmente en situaciones de emergencia. También cuentan con un dispensador, lo que limita la posibilidad de contaminación del agua tratada.
Queda por tanto confirmada la capacidad de reducir los tiempos de exposición al sol de bolsas de calidad alimentaria, fabricadas con polietileno y acetato de vinilo, para conseguir una desinfección de hasta 6 veces más rápida que las botellas de PET, con algunos microorganismos. Y además, no sufren el paso del tiempo.