La pandemia, el teletrabajo y las nuevas oportunidades laborales que ofrece el mundo globalizado son algunos de los factores que provocaron uno de los cambios más significativos que el mundo del trabajo haya atravesado en los últimos tiempos. En la actualidad, los profesionales consideran cada vez más importante disfrutar de lo que hacen, lograr un buen balance entre vida y trabajo y, por, sobre todo, sentirse identificados con los valores y la cultura del lugar al que pertenecen.
Esta nueva realidad, obligó a las organizaciones a repensar no solo la forma en la que se vinculan con sus colaboradores sino la manera en la que construyen los vínculos laborales. Sobre todo, si quieren que estas relaciones sean duraderas.
En Estados Unidos, donde todavía se perciben los efectos de la Gran Dimisión (término con el que se hace referencia a las renuncias masivas ocurridas post-pandemia en busca de mejores condiciones laborales), una reciente encuesta de Flexjobs determinó que la cultura corporativa fue la razón más común por la que empleados renunciaron a sus puestos en lo que va de 2022.
“Si uno tuviera que decir qué hace a una empresa ser exitosa, sería ser inteligente y saber lo que hace. Sin embargo, resulta importantísimo también ser una empresa saludable, es decir, tener una cultura saludable. Contar con una visión, valores y principios bien definidos es vital para vivir el día a día de la organización siendo coherentes y marcando un camino con cada decisión y acción que se toma”, explica Santiago Fernández, fundador y director de Acros Training, firma especializada en la construcción de equipos de alto rendimiento.
A esto se suma, además, el paradigma de las nuevas generaciones que ingresan al mundo laboral. Es decir, jóvenes profesionales que tienen prioridades diferentes a las de sus padres o abuelos con respecto a sus proyecciones de carrera.
“Lograr que estas nuevas camadas de trabajadores tengan un sentido de pertenencia con la organización es vital para conservarlos, dado que sus características generacionales muestran una tendencia a no permanecer más de dos años en un mismo trabajo”, indica la licenciada Fernanda Bernabé, flamante decana de la Facultad de Ciencias Empresariales y Gestión Pública de la Universidad Champagnat, al tiempo que agrega: “Sabemos por diferentes estudios, que crecieron con internet, en la era de la inmediatez, que viven y trabajan de una manera diferente. La estabilidad laboral no es su objetivo primordial. Por ello, las empresas deben generar estrategias de gestión de personal pensando en ellos de manera tal que los objetivos de la institución con los personales tengan un punto de encuentro”.
Asimismo, la experta asegura: “En relación a la fidelización de los millenials, las empresas utilizan nuevos enfoques centrados en mejorar la experiencia profesional, como mapeos de talento individual o design thinking. El cambio en la manera de vivir y trabajar de las nuevas generaciones ha impulsado a las empresas a trabajar en sus marcas, de manera que sean atractivas para los talentos y los motive a permanecer allí”.
Wakapi, empresa mendocina con 16 años de trayectoria en el rubro tecnológico, viene trabajando desde hace varios años en construir una cultura corporativa de bases sólidas, con la que su equipo pueda sentirse identificado. Algunas de las acciones que implementa en este sentido son: planes de carrera pensados para cada Wakaper; programas anuales de formación in-house; mapeo de talento, espacios de recreación y un programa de beneficios, que incluye días adicionales de vacaciones, pausas activas durante la jornada laboral; bonificación de una actividad deportiva a elección y licencia extendida por maternidad/paternidad, entre otras.
En lo que a comunidad se refiere, la empresa además trabaja en generar impacto positivo a través de Awa Ventures, su Company Builder fundada en 2021, que invierte en la formación de startups de base tecnológica para contribuir al desarrollo económico regional.
“Ya no es suficiente para las empresas ser exitosas y enfocarse en lo que hacen, sino que se ha convertido en una responsabilidad y, en nuestro caso, una aspiración, el poder ir más allá. Si bien somos una empresa de tecnología, que ofrece soluciones de software y nos debemos a nuestros clientes, queremos generar un impacto en nuestra comunidad y en la de cada uno de nuestros colaboradores. Con esto, buscamos que la auspiciosa realidad de nuestra industria se transfiera a los demás”, concluye Mauricio Barzola, CEO de Wakapi.