La globalización ha desdibujado fronteras. Las migraciones de personas y la movilidad del talento internacional han provocado que, cada vez más, estemos interconectados con personas que comparten valores, creencias e ideas diferentes a las nuestras, pero con las que puede ser muy enriquecedor entrar en contacto.
Gracias a ello, en el siglo XXI, las empresas han ganado un bien muy preciado en los entornos de trabajo: la multiculturalidad. Mientras que en el pasado abundaban equipos uniformes, ahora las compañías deben confeccionar equipos heterogéneos que aportarán una visión de negocio global.
La multiculturalidad en el ámbito empresarial es un fenómeno irreversible que ya no es solo una opción. Por este motivo, crece la necesidad de las empresas de ofrecer formación de idiomas a sus empleados y es aquí donde no debemos olvidar que esta enseñanza, sobre todo en la empresa, debe ir de la mano de la formación cultural. La diversidad en el mundo laboral es sinónimo de éxito, pero es clave contar con personas con empatía, capacidad de trabajo en equipo y una formación adecuada para acercar culturas.
Índice de temas
Beneficios de la multiculturalidad
Confeccionar un buen equipo de talento internacional es un desafío complejo, pero contar con puntos de vista diversos ofrece incontables ventajas para una empresa.
En primer lugar, la empresa tendrá una visión global de todo lo que le rodea, abriendo la posibilidad de dar el salto a nuevos mercados conociendo su cultura y, por tanto, con una ventaja sobre la competencia. Ser capaz de interpretar la realidad de forma abierta, además, ayudará a evitar conflictos.
Por otro lado, hablar de diversidad es hablar de innovación. ¿Cómo puede, una empresa, llegar a poner en el mercado un producto de manera exitosa si no tiene un equipo de personas que pueda dar su visión desde diferentes perspectivas? Dos empleados que han crecido en dos culturas distintas aportarán una mirada diferente, pero complementaria, aumentando la probabilidad de dar en el clavo. Compartir ideas y opiniones aumenta la creatividad y la unión de los trabajadores.
Por último, trabajar en un entorno multicultural potencia el desarrollo profesional y personal de los empleados, mejorando sus aptitudes y contribuyendo a la realización de sus aspiraciones.
¿Cómo confeccionar un equipo de trabajo internacional óptimo?
El problema de muchas empresas es no invertir esfuerzo en la preparación de los equipos de trabajo. Es indispensable plantearse las preguntas adecuadas antes de actuar. Más allá de los factores culturales, también tienen importancia la edad, los gustos, los hábitos y las costumbres cambiantes. Es necesario tener todos estos factores en cuenta para alcanzar las sinergias que sumarán el talento individual de todos los componentes del equipo.
Si no analizamos bien cuál será el comportamiento de los trabajadores en un ambiente diverso, multidisciplinar y multicultural, el proyecto podría abocar al fracaso. En este punto, es clave apoyarse en herramientas que identifiquen el potencial de cada candidato y su combinación e idoneidad con el resto del equipo.
En Berlitz, empresa internacional dedicada a la formación global y cultural de idiomas, contamos con el Cultural Orientations Indicator (C.O.I), una herramienta formada por una serie de ejercicios interactivos e información personalizada que ayudan a reflexionar sobre las preferencias culturales de cada miembro del equipo y a ponerse en el lugar del otro. La herramienta gira en torno a tres clasificaciones: sentido de uno mismo (cómo se tiende a ver la motivación en las situaciones de trabajo), estilo de interacción (cómo se tiende a comunicar y comprometerse con otros) y estilo de pensamiento (cómo se tiende a procesar la información en situaciones de trabajo).
Una vez los reportes de cada candidato están hechos, la propia herramienta nos permite contraponer las preferencias con las áreas en las que la colaboración puede llegar a ser más provechosa.
La transformación digital ha llegado para facilitar nuestras vidas y herramientas como el C.O.I consiguen agilizar un proceso complejo. Favorecer la diversidad en el entorno laboral es sinónimo de éxito, pero invertir en herramientas y procesos que acerquen las diferentes culturas potenciará todavía más el talento individual y global de un buen equipo.