Las empresas con un modelo consolidado de gestión de compras por categorías consiguen de media hasta tres puntos más en productividad al año y tienen un mayor control del gasto. Así se desprende de los resultados de la encuesta de iSOCO a directores financieros y de compras de compañías de todos los sectores con el objetivo de conocer el valor que están aportando los departamentos de Compras a sus organizaciones.
El modelo de gestión por categorías se caracteriza por proporcionar unas pautas comunes al conjunto de compradores con el fin de formular una estrategia de compras eficaz para la organización. De este modo, se asegura una mayor coherencia de criterio a la hora de clasificar el mercado de suministro y acelera la ejecución del plan de acción para conseguir resultados en menos tiempo, siempre que este sea ejecutado de forma uniforme por toda la función de compras.
A pesar de estas ventajas, menos del 30% de las compañías entrevistadas, la mayoría multinacionales españolas con una facturación superior a los 500 millones de euros anuales, ha formado a su equipo en esta metodología. El perfil general de las organizaciones encuestadas tiene un equipo de compras con menos de 10 personas y el 42% de ellos dispone de una base de más de 2.000 proveedores, mientras que un 15% del total cuenta con hasta 10.000 suministradores.
De las 178 entrevistas realizadas, el 44% de las empresas considera que se encuentra todavía en una fase básica de la gestión por categorías, en la que no existe un enfoque homogeneizado y las herramientas son limitadas o inconsistentes, mientras que el 30% se sitúa en una fase de aproximación, en la que la estrategia no se actualiza periódicamente y el método aún no ha calado en la organización. Tan sólo el 25% percibe que la implantación es óptima o está en proceso de consolidación.
La desviación del presupuesto, el indicador más utilizado
Del análisis realizado por iSOCO se desprende también que la capacidad de negociación es el aspecto que más se potencia en la formación del área de Compras, por encima de factores clave como el desarrollo de una visión estratégica de este departamento. La desviación del presupuesto es el indicador más utilizado, seguido del ahorro a la hora de valorar un plan de acción en detrimento de otros criterios como la calidad del producto y el servicio.
Una de las principales carencias detectadas en el proceso de implantación tiene que ver con la falta, en un 63% de los casos, de un espacio único para supervisar el estado de avance de los planes de acción. Además, el 72% de las compañías utilizan como soporte electrónico Microsoft Office y únicamente el 20% dispone de una solución tecnológica específica para la estrategia de compras.
