La innovación en las empresas se está convirtiendo en una herramienta fundamental que permite la diferenciación de la competencia, así como el progreso y avance dentro del sector en el que se desarrolle la actividad. Las PYMEs están incorporando este concepto en su día a día cada vez con mayor asiduidad, sin embargo, no todas disponen de los recursos necesarios pero existen diversas alternativas para que la financiación no se convierta en un obstáculo en el despliegue de su compañía.
Capital Propio: se trata de los propios recursos generados por la empresa. Además, este tipo de aportación siempre ha de ser incluida, ya que cualquier fuente externa que vaya a financiar un proyecto de innovación, exigirá la participación de la propia empresa. Las ventajas de contar con este tipo de capital es que la cesión es por tiempo indefinido, da derecho a la propiedad de la empresa, además de proporcionar derecho a los beneficios de la misma.
Capital Privado: las PYMEs pueden tener acceso a financiación a través de este tipo de capital. Hoy en día, al referirnos a capital privado podemos estar hablando de la banca tradicional, con unos métodos un tanto anticuados, si se trata de proyectos de innovación con un cierto grado de incertidumbre, y unos plazos que pueden llegar a extenderse a lo largo de los meses; o podemos referirnos a nuevas soluciones de financiación alternativa que están experimentando un gran crecimiento en los últimos meses gracias al fintech y al empuje que startups como Spotcap están desarrollando en el mercado español. Este tipo de soluciones aportan rapidez y flexibilidad sin importar el historial de las PYMEs. En Europa, el año pasado, estas nuevas vías de financiación experimentaron un crecimiento del 144% y, en concreto en España, se ha logrado recaudar más de 100 millones de euros, gracias al amplio abanico que se está abriendo en este sentido.
Capital Riesgo: pensado para aquellas compañías que tienen un gran potencial y de las que se espera un crecimiento significativo. Están dispuestos a asumir ciertos niveles de riesgos y, por ello, llevan a cabo estudios exhaustivos de aquellos proyectos en los que invierten. Su gran ventaja es la flexibilidad en las operaciones que se financian incluyendo nuevos negocios e ideas empresariales así como proyectos de expansión nacional e internacional, cambios generacionales, o reestructuraciones. En España, ASCRI es la asociación española que engloba a algunas de las más importantes entidades de capital riesgo.
Capital Público: a nivel autonómico, nacional o europeo podemos encontrar diferentes ayudas de la administración para la innovación. Se diferencian en dos tipos y pueden ser subvenciones a fondo perdido, o bien financiaciones a un tipo de interés muy competitivo. Por ejemplo en España, nos referimos a CDTI, la entidad que canaliza las solicitudes de financiación y apoyo a los proyectos de I+D+i de empresas españolas en los ámbitos estatal e internacional.
Deducciones Fiscales: en nuestro país, aquellas compañías que inviertan en I+D+I podrán deducirse de la cuota del Impuesto de Sociedades parte de los gastos que estén asociados al mismo. Si se trata de proyectos calificados como Investigación y Desarrollo se podrá deducir entre un 30% y un 50%, mientras que para proyectos de Innovación Tecnológica la deducción podría rondar el 10% o 15%.