Las pernoctaciones en alojamientos de turismo rural presentan un descenso anual del 3,8%. Estos alojamientos sólo ocupan el 13% de sus plazas, con un descenso del 2,8% con respecto a septiembre de 2012. “Los trabajadores autónomos del turismo rural están desesperados por la situación que viven, siguen perdiendo clientes mes tras mes a pesar de bajar los precios de sus alojamientos. Mientras tanto siguen a la espera de conocer los pormenores del Plan de Promoción del turismo rural en el ámbito internacional anunciado por Turespaña”, subraya el secretario ejecutivo de política sectorial de UPTA, César García.
Ha quedado demostrado que, al menos a corto plazo, sólo la ocupación por parte de los extranjeros “puede salvar la oferta de este sector turístico, siempre que se conozca y se difunda”, aclara García.
Este sector, que cuenta con 15.527 establecimientos y que genera empleo a 22.442 personas, se encuentra en una de las peores situaciones desde el inicio de la crisis. “Aunque el tesón de los autónomos que gestionan estos establecimientos sigue manteniendo estable la contratación aún a coste propio, ya que han descendido los precios casi un 2%”, explica César García.
Resulta significativo el descenso de las reservas de los no residentes en España, que el pasado mes de septiembre bajaron un 5,7% respecto al mismo mes del año anterior, frente a las reservas de los residentes en España, que bajaron un 2’8%.
Desde UPTA España y su organización de Autónomos de Turismo Rural, AUTURAL, piden medidas específicas de apoyo a este sector, “como una fiscalidad acorde a su particularidad o la puesta en marcha de la cotización en el RETA a tiempo parcial, medida esta última que debería de haber entrado en vigor el pasado 1 de enero, pero que el Gobierno ha retrasado, por el momento hasta el 1 de enero de 2014”, explica el secretario ejecutivo de Política Sectorial de la Organización, quien también pide con urgencia al Gobierno y a las CCAA que actúen para tratar de salvar los más de 22.000 puestos de trabajo que da el sector, “los problemas reales que sufre el colectivo no están suficientemente estudiados en el Plan Nacional de Turismo”.