La necesidad de establecer negocios fuera de nuestras fronteras está haciendo que los trabajadores españoles tengan que adaptarse y tener cada vez un perfil más internacional, son los denominados trabajadores móviles. Sin embargo, esta movilidad se acompaña a su vez de un fuerte arraigo y cierta melancolía por determinados usos y costumbres de nuestro país, algo que no sucede con otros trabajadores a nivel global. Según revela la última encuesta de Regus, además de echar de menos a su hogar y a su familia, los trabajadores españoles que realizan viajes de negocios sienten debilidad por la cocina casera, el clima de su ciudad y sus mascotas.
Así, los encuestados afirman que, después de sus familiares (68%) y su hogar (38%), lo más probable es que sientan un ataque de nostalgia por la comida casera (29%) cuando viajan al extranjero por motivos laborales, resistiéndose a degustar las delicias de la cocina extranjera. Asimismo, uno de cada cinco encuestados (el 17%) afirma que también añora hablar en su propio idioma y destaca que hay ciertos aspectos que son irreemplazables a la hora de hacer que la gente se sienta parte de un lugar.
El propio estudio muestra cómo los españoles somos más nostálgicos que el resto de trabajadores a nivel internacional, observándose una mayor tendencia a echar de menos a la familia (76%) en comparación con la media internacional (68%).
A nivel general, se aprecia también una menor tendencia a realizar viajes por trabajo entre los miembros de la Generación X (nacidos entre el 65 y 76). Éstos, que generalmente suelen tener hijos pequeños, son los más propensos a echar de menos a sus familiares (73%).
En relación con los resultados, Philippe Jiménez, Country Manager de Regus afirma: “Con frecuencia, las reuniones presenciales han sido un aspecto clave en los negocios, dada la importancia del lenguaje corporal y la propia impresión personal. Sin embargo, los trabajadores consideran también que, con el paso de los años, sus prioridades han cambiado. Las nuevas tecnologías, que permiten a los trabajadores asistir a videoconferencias, se están haciendo cada vez más populares y los empleados están empezando a solicitar directamente que se ofrezca este método como alternativa a los viajes”.
Jiménez también destaca la importancia de reducir los viajes innecesarios, que supone una ayuda para los beneficios de la empresa, ya que permite disminuir significativamente los costes y las emisiones de dióxido de carbono. Con la introducción de la videoconferencia cada vez en mayor medida, las empresas pueden decir que ahorran dinero y protegen el medio ambiente, además de aumentar la satisfacción del empleado y mejorar la conciliación de su vida laboral y familiar.